EL MITO DE LA PIEDRA FILOSOFAL?
José R. Delfín
Si hay algo que ha perdurado en el tiempo, de una u otra manera, es el intento de convertir o transformar algunos materiales pesados - el plomo o el hierro, por ejemplo-, en oro, aunque Zosimus, que fue un alquimista que vivió 300 años después de que se iniciara la era Cristiana, cambió el sentido de esa búsqueda y, en cierto modo, creó un nuevo concepto de la piedra filosofal, al interpretar que esa denominación no era más que una metáfora que indicaba que existe una manera de que el ser humano alcance un estado de conciencia perfecto, donde el hombre como tal puede suprimir para siempre cualquier forma de error, de mal.
Pero por lo visto hay muchas personas que hasta sin leer aquello que le dio por escribir a Goethe y que dice: “Sea lo que fuere lo que tu puedes hacer, o crees que puedes, empieza ya. La osadía conlleva cierto genio, poderío y magia”, les pareció que sería más fácil “transformar” en oro algunos materiales que intentar encontrar la perfección pues, además de no saber si la podrían encontrar, siempre les quedaba la duda de que si una vez encontrada les serviría para llevar una vida repleta de las comodidades que la tecnología actual ofrece.
Hemos de tener en cuenta que, desgraciadamente, hay seres que parecen no saber, o al menos no lo tienen muy claro, lo que significa “un estado de conciencia ”, ni acercarse a la perfección y como la carencia de magia y de genio (léase ingenio) es patente en ellos, optaron por la osadía y alcanzaron un cierto poderío logrando una financiación ajena, bien a través de una entidad financiera o bien a través de algún amigo o familiar que disponía de algunos ahorros.
¿Pero que hicieron con ese cierto poderío que habían alcanzado al conseguir el dinero? La cosa pudo se más o menos así: Pusieron en juego aquello otro que tenían, la osadía, y con ella por delante se fueron a casa de un pariente, más o menos cercano, o de algún conocido -casi todos podrían haber empezado así- y les propusieron:
.- Fulanito, ese huerto que tu tienes no te está dando ningún beneficio. Yo te propongo una manera de que te rinda mucho más y, lo que es más importante, ¡sin tener que trabajarlo!.
“Fulanito”, al principio de la oferta desconfió un poco y, claro está, lo primero que le dijo es aquello de: Pero hombre, si yo no se hacer otra cosa y, aunque sea poco, con las cuatro lechugas y las cuatro patatas que nos da el huerto “yo y la María” tenemos para ir tirando... Y, por si las moscas, añadió: Como nunca hemos podido ahorrar ningunas perrillas...
.- Tu no te preocupes, que no vas a poner ni una perra. Como el huerto es bastante grandecito te quedas con una parte de él, para que te entretengas y con el resto hacemos una casa nos queda un piso o dos para cada uno y vendemos los otros.
.- Y “el Fulanito” volvió con aquello de: Pero si yo no tengo ni una perra...
.- Nada -le dijo el de la osadía- las perras las pongo yo y, para que no tengas ningún miedo de que pueda pasar algo raro y te quedes sin el huerto, todo lo hacemos ante un Notario.
La palabra Notario ya le daba a la oferta un aire de seriedad y legalidad que hacía que las dudas se fueran alejando y, efectivamente, “el Fulanito” accedió.
Y así actualizó el viejo concepto de la Piedra Filosofal: Compró materiales “pesados” (Ladrillos, arena y cemento) y tras el proceso propio de la construcción dichos materiales pesados se fueron convirtiendo en oro, toda vez que al vender lo construido multiplicó por mucho lo pagado por los ladrillos, la arena y el cemento.
Claro que para unos era más oro que para otros, pues los había que al socio que
había puesto el solar le desquitaba lo que el de la osadía había “invertido” para la construcción.
¡Han encontrado la Piedra Filosofal! ¡¡Han convertido los ladrillos, la arena y el cemento en oro!!
Y que quede claro: Lo de Zosimus con su estado de conciencia perfecto y cualquier otra cosa que no sea ganar dinero importa poco.
Esto parece un cuento... y en cierto modo...¿ lo es?
jueves, 9 de abril de 2009
LA PERFECCIÓN Y EL SUFISMO
LA PERFECCIÓN Y EL SUFISMO
José R. Delfín
El Sufismo es una de las cuatro ramas o movimientos más conocidos del Islám, siendo los otros tres el Sunnismo, el Chiísmo y el Jariyismo (1), y es, principalmente, una doctrina mística que profesan ciertos mahometanos, principalmente en Persia.
Pero para conocer el Sufismo, aunque sea de forma somera, es imprescindible referenciar su origen, su génesis: En el siglo segundo de la Hégira (2) fue cuando se comenzó a utilizar la expresión sufismo como cajón de sastre, habida cuenta las denominaciones que se utilizaban para definir diferentes forma de espiritualidad dentro del Islam: Futuwa, que son determinados movimientos de caballería espiritual; Zuhd, que significa una determinada forma de ascetismo; Ubbad, fevor religioso y también Ribát, que son ciertos movimientos militares, como las rábitas (3). En cierta época incluso llegó a ser considerado dentro de las ciencias tradicionales islámicas como una más, pero a la vez algo especial, toda vez que estaba relacionada con la falsalfa (filosofía islámica); fiqh (la jurisprudencia); kalaam (la teología); ‘aqida (la cosmovisión), o tafsir (la exégesis coránica). En Occidente el término es usado para referirse a grupos de carácter esotérico (que la mayoría de las veces están desvinculados del Islam), o como determinados movimientos, desde integristas a moderados o modernistas. Pero no queda ahí, el Sufismo también se utiliza para denominar la cortesía con cada instante, en toda circunstancia y en todo momento: cortesía espiritual (Adab) y, principalmente en Persia, también es una doctrina mística que profesan ciertos mahometanos. Visto lo anterior, se puede deducir que el Sufismo es algo así como la luz que ilumina el camino para alcanzar la perfección. Pero existe una leyenda sufí que, bajo mi punto de vista, nos dice que no es así:
Nasrudin había salido de su tierra hacía muchos años y cuando volvió a su pueblo se encontró con un amigo de la juventud, por lo cual ambos se alegraron y, para celebrar el encuentro y conversar, se fueron a tomar una taza de té. Tras contarle el amigo como le habían ido las cosas durante su ausencia, le preguntó a Nasrudin:
-¿Te casaste?
-Te diré la verdad, –respondió Nasrudin- lo pensé muchas veces. Incluso pasé gran parte de mi vida buscando a la mujer ideal para mí. Una vez, en el Cairo, encontré a una chica que era muy hermosa, de ojos verdes como las esmeraldas, pero era bastante antipática. Más tarde, estando en Bagdad, conocí a otra mujer que llamó mi atención: esta era muy inteligente y cariñosa, pero no era guapa. Siempre que encontraba alguna que podría ser la mujer perfecta para mi, o era fea, o era muy vieja o le faltaba algo. Pero un día, la encontré: Era bella, muy hermosa, joven, inteligente y caritativa. Era perfecta en todo.
-¿Entonces por qué no te casaste? –le pregunto su amigo.
-Tuve mala suerte –dijo Nasrudin, sorbiendo un trago de té-. Ella también estaba buscando al hombre perfecto.
Y pensar que todo esto salió porque supe de esta leyenda Sufí…
omo se puede apreciar, un lío. Muy respetable, pero un lío. O tal vez no y solo sean cosas mías.
NOTAS
(1) El sunnismo es la corriente religiosa de los ortodoxos musulmanes (siempre en viva oposición a los Chiitas heterodoxos) y sigue con toda fidelidad las tradiciones sobre las palabras y acciones del profeta Mahoma.
El Chiísmo se diferencia del sunnismo por el hecho de haber introducido en el Islám el tema de la Pasión (martirio de Husayn y otros), la idea del carácter semidivino del imán y la del “retorno” del imán muerto o desaparecido (doctrina del “imán oculto). El chiísmo duodecimano (que reconoce a doce imanes) es la religión nacional de Irán desde el siglo XVI. En Iraq es minoría frente a la mayoría sunnita.
El jariyismo, a diferencia de los sunníes, que consideraban que el califa debía ser un árabe miembro de la tribu de Quraish, y de los chiíes, que consideraban que debía ser Alí o un descendiente directo suyo, piensan que la dignidad califal emana de la comunidad, que debe elegir al más digno aunque sea un esclavo negro.
Su rigor en lo referente al cumplimiento de los preceptos del Islám tiene como contrapunto una gran tolerancia hacia las otras religiones.
Los jariyíes tuvieron en su momento una gran influencia, habida cuenta que tuvíeron una gran importancia cualitativa y cuantitativamente. En la actualidad los pocos jariyíes que quedan pertenecen a la secta de los ibadies y viven en el sultanato de Omán, en Zanzíbar y en algunos islotes del Magreb.
(2) La Hégira (al-Hiÿra) fue el comienzo de la nueva era del Islam; la denominación que marca el tiempo desde que los musulmanes, huyendo de la estrechez a la cual le tenían sometidos los señores de Meca, emigraron hasta Medina. Y aunque algunos la consideren como la época del inicio del Islam, la realidad es que ese desplazamiento significó la ocasión elegida para fijar el comienzo del calendario islámico ya que el Corán había comenzado a ser revelado trece años antes de ésta.
En la actualidad el calendario de la Hégira marca el año 1425.
(3) Aunque el ribát es más conocido como edificio militar islámico de carácter singular, es también una institución sustitutiva del deber patriótico del “esfuerzo militar islámico”.
José R. Delfín
El Sufismo es una de las cuatro ramas o movimientos más conocidos del Islám, siendo los otros tres el Sunnismo, el Chiísmo y el Jariyismo (1), y es, principalmente, una doctrina mística que profesan ciertos mahometanos, principalmente en Persia.
Pero para conocer el Sufismo, aunque sea de forma somera, es imprescindible referenciar su origen, su génesis: En el siglo segundo de la Hégira (2) fue cuando se comenzó a utilizar la expresión sufismo como cajón de sastre, habida cuenta las denominaciones que se utilizaban para definir diferentes forma de espiritualidad dentro del Islam: Futuwa, que son determinados movimientos de caballería espiritual; Zuhd, que significa una determinada forma de ascetismo; Ubbad, fevor religioso y también Ribát, que son ciertos movimientos militares, como las rábitas (3). En cierta época incluso llegó a ser considerado dentro de las ciencias tradicionales islámicas como una más, pero a la vez algo especial, toda vez que estaba relacionada con la falsalfa (filosofía islámica); fiqh (la jurisprudencia); kalaam (la teología); ‘aqida (la cosmovisión), o tafsir (la exégesis coránica). En Occidente el término es usado para referirse a grupos de carácter esotérico (que la mayoría de las veces están desvinculados del Islam), o como determinados movimientos, desde integristas a moderados o modernistas. Pero no queda ahí, el Sufismo también se utiliza para denominar la cortesía con cada instante, en toda circunstancia y en todo momento: cortesía espiritual (Adab) y, principalmente en Persia, también es una doctrina mística que profesan ciertos mahometanos. Visto lo anterior, se puede deducir que el Sufismo es algo así como la luz que ilumina el camino para alcanzar la perfección. Pero existe una leyenda sufí que, bajo mi punto de vista, nos dice que no es así:
Nasrudin había salido de su tierra hacía muchos años y cuando volvió a su pueblo se encontró con un amigo de la juventud, por lo cual ambos se alegraron y, para celebrar el encuentro y conversar, se fueron a tomar una taza de té. Tras contarle el amigo como le habían ido las cosas durante su ausencia, le preguntó a Nasrudin:
-¿Te casaste?
-Te diré la verdad, –respondió Nasrudin- lo pensé muchas veces. Incluso pasé gran parte de mi vida buscando a la mujer ideal para mí. Una vez, en el Cairo, encontré a una chica que era muy hermosa, de ojos verdes como las esmeraldas, pero era bastante antipática. Más tarde, estando en Bagdad, conocí a otra mujer que llamó mi atención: esta era muy inteligente y cariñosa, pero no era guapa. Siempre que encontraba alguna que podría ser la mujer perfecta para mi, o era fea, o era muy vieja o le faltaba algo. Pero un día, la encontré: Era bella, muy hermosa, joven, inteligente y caritativa. Era perfecta en todo.
-¿Entonces por qué no te casaste? –le pregunto su amigo.
-Tuve mala suerte –dijo Nasrudin, sorbiendo un trago de té-. Ella también estaba buscando al hombre perfecto.
Y pensar que todo esto salió porque supe de esta leyenda Sufí…
omo se puede apreciar, un lío. Muy respetable, pero un lío. O tal vez no y solo sean cosas mías.
NOTAS
(1) El sunnismo es la corriente religiosa de los ortodoxos musulmanes (siempre en viva oposición a los Chiitas heterodoxos) y sigue con toda fidelidad las tradiciones sobre las palabras y acciones del profeta Mahoma.
El Chiísmo se diferencia del sunnismo por el hecho de haber introducido en el Islám el tema de la Pasión (martirio de Husayn y otros), la idea del carácter semidivino del imán y la del “retorno” del imán muerto o desaparecido (doctrina del “imán oculto). El chiísmo duodecimano (que reconoce a doce imanes) es la religión nacional de Irán desde el siglo XVI. En Iraq es minoría frente a la mayoría sunnita.
El jariyismo, a diferencia de los sunníes, que consideraban que el califa debía ser un árabe miembro de la tribu de Quraish, y de los chiíes, que consideraban que debía ser Alí o un descendiente directo suyo, piensan que la dignidad califal emana de la comunidad, que debe elegir al más digno aunque sea un esclavo negro.
Su rigor en lo referente al cumplimiento de los preceptos del Islám tiene como contrapunto una gran tolerancia hacia las otras religiones.
Los jariyíes tuvieron en su momento una gran influencia, habida cuenta que tuvíeron una gran importancia cualitativa y cuantitativamente. En la actualidad los pocos jariyíes que quedan pertenecen a la secta de los ibadies y viven en el sultanato de Omán, en Zanzíbar y en algunos islotes del Magreb.
(2) La Hégira (al-Hiÿra) fue el comienzo de la nueva era del Islam; la denominación que marca el tiempo desde que los musulmanes, huyendo de la estrechez a la cual le tenían sometidos los señores de Meca, emigraron hasta Medina. Y aunque algunos la consideren como la época del inicio del Islam, la realidad es que ese desplazamiento significó la ocasión elegida para fijar el comienzo del calendario islámico ya que el Corán había comenzado a ser revelado trece años antes de ésta.
En la actualidad el calendario de la Hégira marca el año 1425.
(3) Aunque el ribát es más conocido como edificio militar islámico de carácter singular, es también una institución sustitutiva del deber patriótico del “esfuerzo militar islámico”.
MIS IMPRESIONDE DE UN SIMPONSIUM
IMPRESIONES DEL SIMPOSIUM
José. R. Delfín
Soy de los que opinan que en la vida casi nada es casual, más bien causal. Me explico: Tras algunos años sin contactar con un amigo, con el que compartí muchas horas de búsqueda científica de todo lo sobrenatural –entendiéndose como sobrenatural a los llamados fenómenos parasicológicos- a través de la Sociedad Española para la Investigación del Fenómeno Paranormal, de la que él mismo fue fundador y Secretario General, y de la cual, a su vez, me nombró Presidente Provincial y miembro del Consejo Nacional (el segundo honor venía en el mismo lote al aceptar el cargo de Presidente), sentí la necesidad de saber algo de él, pues la verdad es que era mutuo el aprecio que sentíamos pero, justo es decirlo, ambos siempre habíamos sido bastante dejadillos -por minimizar algo nuestra pereza en reanudar contacto, o a la falta de tiempo para dedicarlo a otros menesteres que no fueran aquellos a los que nos estuviésemos dedicando plenamente- y, sin más dilación, le llamé al teléfono que tenía anotado en una vieja agenda, ya sin utilizar pero que (¿casualmente?) guardaba- y la respuesta de quien descolgó tras mi llamada fue de que “hacía años que ese teléfono no pertenecía a dicha persona, y que no sabía quien era”, lo cual no fue impedimento para que continuara tratando de encontrarlo... y, por fin, lo encontré.
Tras las mutuas palabras de alegría por el reencuentro, nos contamos “algo” de nuestra vida durante el tiempo que habíamos pasado sin saber el uno del otro, aunque, según nos dijimos, recordándonos muy ha menudo; y supe de su vida y, lo más importante, de su hallazgo en la década de los noventas del pasado siglo; y de que se encontraba pleno de Felicidad, de Alegría (el que tenga ojos que lea) -aunque esto último se le notaba-, y quedamos en vernos.
Por fin nos encontramos físicamente y pude conocer a Ananda, la cual, desde el primer momento, entró a vivir en un trocito de mi corazón, junto al que vivía mi amigo Rafael. (Por cierto, el nombre de Ananda me pareció más propio de un palmípedo que de una bella mujer, pues no se me ocurrió para nada pensar en el añejo sánscrito)
Sin rodeos, como siempre habíamos actuado el uno con el otro, Rafa me pidió que asistiera a un acto que había organizado en la ciudad de Toledo, un Simposium, y que sirviera de moderador y, puesto a pedir, que me fuera el día antes. ¡Toma ya! ¡Cómo yo no tenía nada que hacer! ¿Quién se encargaría de mis cosas, de mis quehaceres y obligaciones? El caso es que su insistencia y su entusiasmo hizo que obviara todos los impedimentos y que me decidiera a compartir con él ese fin de semana.
No les cuento la odisea que supuso el poder encontrar el lugar de celebración de dicho Simposium, pues aunque tenía varios números de teléfono a los cuales llamar cuando llegara a Toledo para que vinieran a buscarme –que para esas cosas Rafael es siempre muy cuidadoso- nadie respondía a mis llamadas, razón por la cual el Simposium por muy poco no se convirtió en soponcio. Más tarde pude comprobar que el lugar de celebración no era el más apto para recibir llamadas de móviles: no había cobertura.
El caso es que lo encontré ¿Casualidad?
Nada más bajar los escalones que separaban la entrada del salón de actos, una bella y amable joven me entregó, junto a unos folios referentes a la escuela de enseñanzas védicas Niyama, un díptico igual al que me había entregado mi amigo, para que me enterase de los interesantes temas que allí se tratarían, gracias a lo cual supe que ese era el lugar, pues mi primera impresión, antes de fijarme con detenimiento en quienes se encontraban sentados en la mesa de actos, junto al conferenciante, es la de que eran o ATS o barberos, pues se revestían de un blusón o bata blanca, parecido a los utilizados en esas profesiones.
A los pocos instantes de tomar asiento y de forma inesperada por mí, se me invitó a formar parte de la mesa, atención muy de agradecer.
En el descanso Rafael, El Maestro, me fue presentando a los presentes y ahí en realidad comenzó todo.
Me explico: Yo ya sabía que se trataba de un Simposium en torno al Yoga, cuyo significado en sánscrito es re-unión, volver a encontrarse con el autentico ser interior; que es un sistema de perfeccionamiento integral –físico y espiritual- basado principalmente en los Vedas y los Upanishads, con una antigüedad de al menos 5000 a 6000 años, y que en España, del Yoga, lo que más se conoce es la parte física, sus ejercicios y posturas, con los cuales se van logrando, además de un mejor bienestar físico, una más clara visión de lo espiritual, pero que no deja de ser solo una parte del verdadero Yoga, más cuando observé que el comportamiento de Rafael, sus ademanes, su forma de hablar, su mesura, su afecto con y hacia todos los presentes era el mismo que había tenido siempre conmigo y con las demás personas vi, con la razón y el corazón –que, como inspiradamente me dijo Ananda, es como hay que ver y hacer las cosas- que en nuestras búsquedas en el pasado ninguno sabíamos realmente cual era nuestro objetivo (aunque a mí me continúa pasando lo que a mi amigo E. Cortijo: Aún no se que es lo que busco), y que él, Rafael, El Maestro, aún sin saberlo, ya era en aquella época Sri Radhakrishna Yogananda.
Y -justo es decirlo- los componentes de la Escuela Niyana, todos ellos, juntos y por separados, son las personas con las que cualquiera se siente a gusto: amables, cálidas, sin ningún falso pudor en demostrar su afecto. Así da gusto.
Por todo ello, tras el Simposium, solo me queda agradecimiento; la alegría de haber asistido y, lo más importante: creo haber visto un pequeño rayo de luz que, si no es por una puerta, al menos si que me entra por el pequeño hueco de una ventana.
¿Casual o Causal?
José. R. Delfín
Soy de los que opinan que en la vida casi nada es casual, más bien causal. Me explico: Tras algunos años sin contactar con un amigo, con el que compartí muchas horas de búsqueda científica de todo lo sobrenatural –entendiéndose como sobrenatural a los llamados fenómenos parasicológicos- a través de la Sociedad Española para la Investigación del Fenómeno Paranormal, de la que él mismo fue fundador y Secretario General, y de la cual, a su vez, me nombró Presidente Provincial y miembro del Consejo Nacional (el segundo honor venía en el mismo lote al aceptar el cargo de Presidente), sentí la necesidad de saber algo de él, pues la verdad es que era mutuo el aprecio que sentíamos pero, justo es decirlo, ambos siempre habíamos sido bastante dejadillos -por minimizar algo nuestra pereza en reanudar contacto, o a la falta de tiempo para dedicarlo a otros menesteres que no fueran aquellos a los que nos estuviésemos dedicando plenamente- y, sin más dilación, le llamé al teléfono que tenía anotado en una vieja agenda, ya sin utilizar pero que (¿casualmente?) guardaba- y la respuesta de quien descolgó tras mi llamada fue de que “hacía años que ese teléfono no pertenecía a dicha persona, y que no sabía quien era”, lo cual no fue impedimento para que continuara tratando de encontrarlo... y, por fin, lo encontré.
Tras las mutuas palabras de alegría por el reencuentro, nos contamos “algo” de nuestra vida durante el tiempo que habíamos pasado sin saber el uno del otro, aunque, según nos dijimos, recordándonos muy ha menudo; y supe de su vida y, lo más importante, de su hallazgo en la década de los noventas del pasado siglo; y de que se encontraba pleno de Felicidad, de Alegría (el que tenga ojos que lea) -aunque esto último se le notaba-, y quedamos en vernos.
Por fin nos encontramos físicamente y pude conocer a Ananda, la cual, desde el primer momento, entró a vivir en un trocito de mi corazón, junto al que vivía mi amigo Rafael. (Por cierto, el nombre de Ananda me pareció más propio de un palmípedo que de una bella mujer, pues no se me ocurrió para nada pensar en el añejo sánscrito)
Sin rodeos, como siempre habíamos actuado el uno con el otro, Rafa me pidió que asistiera a un acto que había organizado en la ciudad de Toledo, un Simposium, y que sirviera de moderador y, puesto a pedir, que me fuera el día antes. ¡Toma ya! ¡Cómo yo no tenía nada que hacer! ¿Quién se encargaría de mis cosas, de mis quehaceres y obligaciones? El caso es que su insistencia y su entusiasmo hizo que obviara todos los impedimentos y que me decidiera a compartir con él ese fin de semana.
No les cuento la odisea que supuso el poder encontrar el lugar de celebración de dicho Simposium, pues aunque tenía varios números de teléfono a los cuales llamar cuando llegara a Toledo para que vinieran a buscarme –que para esas cosas Rafael es siempre muy cuidadoso- nadie respondía a mis llamadas, razón por la cual el Simposium por muy poco no se convirtió en soponcio. Más tarde pude comprobar que el lugar de celebración no era el más apto para recibir llamadas de móviles: no había cobertura.
El caso es que lo encontré ¿Casualidad?
Nada más bajar los escalones que separaban la entrada del salón de actos, una bella y amable joven me entregó, junto a unos folios referentes a la escuela de enseñanzas védicas Niyama, un díptico igual al que me había entregado mi amigo, para que me enterase de los interesantes temas que allí se tratarían, gracias a lo cual supe que ese era el lugar, pues mi primera impresión, antes de fijarme con detenimiento en quienes se encontraban sentados en la mesa de actos, junto al conferenciante, es la de que eran o ATS o barberos, pues se revestían de un blusón o bata blanca, parecido a los utilizados en esas profesiones.
A los pocos instantes de tomar asiento y de forma inesperada por mí, se me invitó a formar parte de la mesa, atención muy de agradecer.
En el descanso Rafael, El Maestro, me fue presentando a los presentes y ahí en realidad comenzó todo.
Me explico: Yo ya sabía que se trataba de un Simposium en torno al Yoga, cuyo significado en sánscrito es re-unión, volver a encontrarse con el autentico ser interior; que es un sistema de perfeccionamiento integral –físico y espiritual- basado principalmente en los Vedas y los Upanishads, con una antigüedad de al menos 5000 a 6000 años, y que en España, del Yoga, lo que más se conoce es la parte física, sus ejercicios y posturas, con los cuales se van logrando, además de un mejor bienestar físico, una más clara visión de lo espiritual, pero que no deja de ser solo una parte del verdadero Yoga, más cuando observé que el comportamiento de Rafael, sus ademanes, su forma de hablar, su mesura, su afecto con y hacia todos los presentes era el mismo que había tenido siempre conmigo y con las demás personas vi, con la razón y el corazón –que, como inspiradamente me dijo Ananda, es como hay que ver y hacer las cosas- que en nuestras búsquedas en el pasado ninguno sabíamos realmente cual era nuestro objetivo (aunque a mí me continúa pasando lo que a mi amigo E. Cortijo: Aún no se que es lo que busco), y que él, Rafael, El Maestro, aún sin saberlo, ya era en aquella época Sri Radhakrishna Yogananda.
Y -justo es decirlo- los componentes de la Escuela Niyana, todos ellos, juntos y por separados, son las personas con las que cualquiera se siente a gusto: amables, cálidas, sin ningún falso pudor en demostrar su afecto. Así da gusto.
Por todo ello, tras el Simposium, solo me queda agradecimiento; la alegría de haber asistido y, lo más importante: creo haber visto un pequeño rayo de luz que, si no es por una puerta, al menos si que me entra por el pequeño hueco de una ventana.
¿Casual o Causal?
PLASENCIA Y LA BASURA
PLASENCIA Y LA BASURA
José R. Delfín
Es cierto que una ciudad que así misma se denomina como Excelente y que, además, aspira a ser considerada como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, debe presentar un aspecto pulcro, tanto en sus calles como en sus monumentos. Pero también es cierto que para que una ciudad se muestre pulcra los habitantes de la misma deben ser pulcros y cuidar que su ciudad aparezca bella y limpia para propios y extraños. No podemos pretender que nuestra alcaldesa ponga detrás de cada ciudadano a un policía municipal, ni tan siquiera al lado de cada uno de los contenedores que se utilizan -o se deben utilizar- para almacenar las bolsas de basuras que en ellos se depositan. Entre otras razones, además del alto costo que ello supondría para las arcas municipales, porque ello significaría estar viviendo bajo un constante control policial, cosa que en un Estado democrático está fuera de lugar. Les recuerdo que fuimos críticos con la decisión que el Ayuntamiento tomó en su día referente a que “alguien avisara” con una pitada cuando alguna persona depositara una bolsa de basura en un contenedor fuera de las horas fijadas para ello. A la mayoría de los ciudadanos nos pareció que esa medida era como tener Comisarios Políticos pendientes de los contenedores de basuras.
También es verdad que, por higiene, es necesario que exista una recogida de las bolsas de basuras los sábados, aunque ello suponga un mayor incremento en el capítulo de los gasto municipales; y no es menos cierto que esos incrementos lo tendríamos que pagar todos los ciudadanos (no debemos olvidar de donde proviene una parte importante de los ingresos que tiene el Ayuntamiento), pero ¿estamos dispuestos a que sean incrementadas las tasas municipales y pagarlas sin una protesta?; ¿es posible detraer de otra partida presupuestaria la cantidad económica suficiente sin que otros servicios u otras prioridades se vean afectados? Sería bueno que los ciudadanos recordásemos que un Ayuntamiento y una empresa tienen más cosas en común de las que se aprecian a primera vista, entre ellas que no siempre los malos resultados son debidos a una mala gestión y si a faltas de recursos económicos.
Y por último -paradójicamente volviendo a lo primero-, para que una ciudad sea pulcra sus habitantes deben tener un comportamiento cívico y cuidadoso, procurando ensuciarla lo menos posible. Para ello seamos todos los habitantes de Plasencia un poquito más cívicos y cuando veamos que algún convecino deja sobre una acera o esquina una bolsa de basura recriminémosle la acción; y si alguien ve que cualquier persona cambia las bolsas de sitio para hacerles fotos, recordarle que eso que hace no lo hace solo contra aquellos que están en el Ayuntamiento sino que también lo hace contra la imagen de Plasencia y de todos cuantos vivimos en ella.
En cualquier caso, considero que la racionalidad debe primar y, por ello, el equipo de gobierno que rige los destinos de esta ciudad encontrará y aplicará alguna fórmula, aunque la misma sea provisional, para atender la petición de una gran mayoría de los votantes, pues no se debe olvidar aquello de que “todo el mundo no puede estar equivocado”. ¿O son cosas mías?
José R. Delfín
Es cierto que una ciudad que así misma se denomina como Excelente y que, además, aspira a ser considerada como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, debe presentar un aspecto pulcro, tanto en sus calles como en sus monumentos. Pero también es cierto que para que una ciudad se muestre pulcra los habitantes de la misma deben ser pulcros y cuidar que su ciudad aparezca bella y limpia para propios y extraños. No podemos pretender que nuestra alcaldesa ponga detrás de cada ciudadano a un policía municipal, ni tan siquiera al lado de cada uno de los contenedores que se utilizan -o se deben utilizar- para almacenar las bolsas de basuras que en ellos se depositan. Entre otras razones, además del alto costo que ello supondría para las arcas municipales, porque ello significaría estar viviendo bajo un constante control policial, cosa que en un Estado democrático está fuera de lugar. Les recuerdo que fuimos críticos con la decisión que el Ayuntamiento tomó en su día referente a que “alguien avisara” con una pitada cuando alguna persona depositara una bolsa de basura en un contenedor fuera de las horas fijadas para ello. A la mayoría de los ciudadanos nos pareció que esa medida era como tener Comisarios Políticos pendientes de los contenedores de basuras.
También es verdad que, por higiene, es necesario que exista una recogida de las bolsas de basuras los sábados, aunque ello suponga un mayor incremento en el capítulo de los gasto municipales; y no es menos cierto que esos incrementos lo tendríamos que pagar todos los ciudadanos (no debemos olvidar de donde proviene una parte importante de los ingresos que tiene el Ayuntamiento), pero ¿estamos dispuestos a que sean incrementadas las tasas municipales y pagarlas sin una protesta?; ¿es posible detraer de otra partida presupuestaria la cantidad económica suficiente sin que otros servicios u otras prioridades se vean afectados? Sería bueno que los ciudadanos recordásemos que un Ayuntamiento y una empresa tienen más cosas en común de las que se aprecian a primera vista, entre ellas que no siempre los malos resultados son debidos a una mala gestión y si a faltas de recursos económicos.
Y por último -paradójicamente volviendo a lo primero-, para que una ciudad sea pulcra sus habitantes deben tener un comportamiento cívico y cuidadoso, procurando ensuciarla lo menos posible. Para ello seamos todos los habitantes de Plasencia un poquito más cívicos y cuando veamos que algún convecino deja sobre una acera o esquina una bolsa de basura recriminémosle la acción; y si alguien ve que cualquier persona cambia las bolsas de sitio para hacerles fotos, recordarle que eso que hace no lo hace solo contra aquellos que están en el Ayuntamiento sino que también lo hace contra la imagen de Plasencia y de todos cuantos vivimos en ella.
En cualquier caso, considero que la racionalidad debe primar y, por ello, el equipo de gobierno que rige los destinos de esta ciudad encontrará y aplicará alguna fórmula, aunque la misma sea provisional, para atender la petición de una gran mayoría de los votantes, pues no se debe olvidar aquello de que “todo el mundo no puede estar equivocado”. ¿O son cosas mías?
LA MEDIUM MÁS FAMOSA DE EUROPA (PRESENTACIÓN)
ÁNGELA GHISLERY
José R. Delfín
Aquí, en el Ateneo, dentro de unos momentos se hablará de un tema que aparentemente, roza la frontera de lo irracional: El contacto con seres del más allá; la comunicación con los espíritus de seres que físicamente no están entre nosotros. Personas que, como solemos decir, han muerto.
Y digo que “roza la frontera de lo irracional, porque la creencia en los Espíritus y en sus manifestaciones, no es una concepción aislada, ni el producto de un sistema, ya que si fuera así SI cabría la sospecha, con alguna apariencia de razón, de algo que se podría afirmar que es una ilusión.
Pero, ¿por qué la creencia en el más allá se encuentra tan viva entre todos los pueblos, antiguos y modernos, y en los llamados “libros santos” de todas las religiones conocidas? La respuesta es fácil: El ser humano siempre se siente atraído por todo lo maravilloso, lo que llamamos sobrenatural, por el simple hecho de desconocer la acción que lo produce. Y por esa misma razón los detractores -que los hay- NUNCA han podido probar que la existencia de los espíritus y sus manifestaciones son contrarias a las leyes de la naturaleza, pues, como todos Vdes. saben, “algo” no esté científicamente probado no quiere decir que no sea posible.
Como ejemplo debe bastarnos con el descubrimiento que realizó el físico cuántico japonés Sin-Itiro Tomonaga, quien recibió el premio Nobel por su trabajo en electrodinámica cuántica, y que demostraba que, efectivamente, un sólido SI puede atravesar otro sólido sin que ninguno de los dos se deterioren. O lo que es lo mismo: Que, gracias a los conocimientos actuales, sabemos que las apariciones de cualquier tipo de sólido de las que se hablan en parapsicología (MATERIALIZACIONES), científicamente SI es posible.
Podríamos decir, parafraseando a Pirandello, que “A cada cual su verdad”, pues cada uno de nosotros tenemos una estructura mental y por lo tanto cada uno de nosotros concebimos el Universo de una manera diferente… Es evidente que la visión que un pez pueda tener del mundo desde su acuario, no tiene punto de comparación con la visión propia de un sabio; y si nos colocamos en el plano social, debemos confesar que el mundo concebido por un acaudalado burgués es muy diferente del mundo del artista, del campesino o del obrero.
Posiblemente sea ésta noción de los planos, cada uno de los cuales tiene sus propias leyes subordinadas a las del plano superior, la que “NOS SEPARE” de esta otra realidad que es la del mundo de los espíritus.
Por otra parte, los fenómenos de movimientos sin contactos y de materializaciónes ectoplásmicas o de espíritus, al igual que los de videncia y de premonición, fueron siempre conocidos y atribuidos en las épocas antiguas o bien a Dios, o bien al Demonio, según los casos, y ya en nuestros tiempos a la surpechería, empezaron a ser objeto de un estudio atento desde finales del siglo XIX. Fue entonces cuando cierto número de investigadores –el físico Crooks, el fisiólogo Charles Richet, y los doctores Geley y Osty, entre otros, parecen haber demostrado la realidad de estos fenómenos, todavía discutidos en nuestros días. Para llevar a buen término sus investigaciones, estos sabios tuvieron la suerte de disponer de médiums particularmente dotados. Home, que vivió desde 1.833 hasta 1.836, trabajó largo tiempo bajo el control de Crooks; el polaco Gusik (1876-1928) fue estudiado, entre otros, por los doctores Geley y Osty, lo mismo que Kluski (1874-1944), que también era polaco. Los mismos investigadores prosiguieron su trabajo con la famosísima –dentro del mundo de lo paranormal- Eusapia Palladino (1854-1918).
Esta mujer, siciliana de nacimiento, tenía unas dotes tan extraordinarias que, en su época, provocó las más numerosas y controvertidas opiniones. Fue considerada por muchos como la médium más famosa y la más investigada de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, por la institución francesa Institut Gènèral Psychologique, durante los años 1905, 1906 y 1907, en un total de 43 sesiones. No se posee la lista completa de los investigadores, pero figuraban entre ellos Charles Richet, Pierre y Marie Curie, Henri Bergson, Jean Baptiste Perrin, G. Charpentier y Debierne, rector de la Sorbona , entre otros.
Señala una étapa importante en la historia de la investigación, porque fue la primera médium utilizada en los fenómenos físicos por gran número de eminentes personalidades de la ciencia.
Ningún médium ha sido más rígidamente tratado que ella, y la inmensa mayoría de los que la estudiaron, dijeron que su mediumnidad era realmente excepcional.
Obviamente se investigaron a más médiums, y aunque cada uno de los estudiados presentaron características personales, como es lógico, en el ejercicio de sus facultades todos ellos provocaron las mismas series de fenómenos:
Desplazamiento de objetos sin contacto físico, ruidos, materializaciones, ejercían la escritura automática, y algunos de ellos también hacían posible el paso de objetos a través de los tabiques.
Hay una conocida anécdota referente al medium Home:
Se dice que uno de sus amigos tuvo que pernoctar en la misma habitación que él y Home le dijo:
“Sobre todo, no te asustes si ves a alguien en el cuarto. No puedo impedir el provocar apariciones.” Y, en efecto, por la madrugada el amigo vio la forma de un ser humano cerca de la cama del médium. Al interrogar a Home al día siguiente, este respondió sin asombrarse: “¿El fantasma? ¡Ah, si! ¡Era mi mujer!”… Obviamente su mujer había muerto hacía muchos años.
Tal vez sería conveniente que nos preguntasemos cual es la verdadera causa de que en la actualidad no se investiguen los llamados fenómenos espiritistas… ¿Acaso no lo cree conveniente alguna determinada institución, ya sea esta científica o religiosa? O, por el contrario, ¿existen pruebas de que SI es posible la conexión entre el mundo espiritual y el físico pero, por razones que se nos escapan, NO ES CONVENIENTE darlo a conocer?
Tal vez algún día lo sepamos.
Hoy tenemos entre nosotros a una de las mejores y más fiables mediums “mecánicas” de Europa: La española Angela Ghilery.
Como supongo que algunos de Vds. Tal vez no estén muy al corriente sobre este tipo de mediunidad, les diré que se ponen el lápiz o bolígrafo en la mano, sosteniéndolo lo más ligeramente posible, aunque hay veces en las cuales el lápiz o bolígrafo es a menudo lanzado a lo lejos con fuerza, o la mano se agita convulsivamente y golpea coléricamente la mesa, a pesar de ello el médium se muestre tranquilo. Esos efectos suelen producirlos los llamados espíritus burlones o imperfectos, puesto que los espíritus superiores se muestran sosegados y pacíficos.
Aunque Allán Kardec -reconocido como “el padre del espiritismo moderno-, en el más famoso de sus libros, “El libro de los Espíritus”, que es un libro que se podría considerar, comparativamente, como “la Biblia” del mundo espiritista, dice en los versículos 107 al 111, correspondientes al capítulo primero del libro II, que a los espíritus que podemos denominar como buenos se les puede dividir en cuatro grupos principales:
Los ESPÍRITUS BENÉVOLOS, cuya cualidad dominante es la bondad.
Los ESPÍRITUS SABIOS, siendo lo que principalmente distingue a este tipo de espíritu la extensión de sus conocimientos y que se ocupan menos de las cuestiones morales que de las científicas, pero solo consideran la ciencia utilitariamente y no obedecen al hacerlo a ninguna de las pasiones propias de los espíritus imperfectos.
Los ESPÍRITUS PRUDENTES, que son aquellos en los cuales las cualidades morales son el carácter que los distingues y
Los ESPÍRITUS SUPERIORES, que son los que reúnen la ciencia, la prudencia y la bondad. Se comunican voluntariamente con las personas que de buena fe buscan la verdad, pero que se separan de aquellas otras personas a las que solo mueve la curiosidad, o a las que siendo muy materiales se retraen de hacer el bien a los demás.
También nos habla de los espíritus maléficos e imperfectos, como es lógico, pero pienso que los que nos importa ahora son aquellos que pueden beneficiar en algo a las personas.
PERO ENTREMOS EN LA ESCRITURA AUTOMÁTICA:
Cuando el espíritu obra directamente sobre la mano, le da a ésta un impulso totalmente independiente de la voluntad. La mano escribe sin interrupción y a pesar del médium cuando el espíritu tiene algo que decir, deteniéndose cuando ha terminado.
Normalmente, el médium, en tal circunstancia, no suele tener conciencia de lo que escribe, aunque, eso si, suele sentir un gran cansancio y hasta dolores en las articulaciones, debido a la rapidez, y a veces hasta a la brusquedad con la cual el espíritu hace mover la mano del médium.
Por último les diré que es compresible que a alguno de Vds. esto le parezca increíble.
Por esa razón, tal como dije en un artículo que se publicó en el número uno de nuestra revista “Papeles del Ateneo Ciudad de Plasencia”, sobre la parapsicología, y que es aplicable a la fenomenología del mundo de los espíritus,
“Es palmario que hay que usar una nueva métrica, no condicionada por una sociedad que, en su mayor parte, de antemano se encuentra predispuesta a tildar como mínimo de rara a todas aquellas personas que quieren saber, adentrarse, en el mundo de lo desconocido; una sociedad en la cual muchos de sus miembros, entre los más relevantes del mundo de la ciencia, sienten vergüenza, opuesta a los mejores impulsos de la razón, de sentirse humillados ante el hecho de rectificar la insensatez cometida por algunos de sus miembros al denominar como fantásticos casos y cosas que, mientras que no sean capaces de demostrar lo contrario, deberían mirar con el mayor de los respetos y tratar de penetrar en ellos con humildad, y sin estar condicionados por ningún tipo de credo religioso o social...”
Y, sin más preámbulos, le cedo la palabra a la autora de dos de los libros más conocidos dentro de este mundillo del campo de los espíritus: “CARTAS DEL MÁS ALLÁ” y “LOS ANGELES HABLAN”; la reconocida medium
José R. Delfín
Aquí, en el Ateneo, dentro de unos momentos se hablará de un tema que aparentemente, roza la frontera de lo irracional: El contacto con seres del más allá; la comunicación con los espíritus de seres que físicamente no están entre nosotros. Personas que, como solemos decir, han muerto.
Y digo que “roza la frontera de lo irracional, porque la creencia en los Espíritus y en sus manifestaciones, no es una concepción aislada, ni el producto de un sistema, ya que si fuera así SI cabría la sospecha, con alguna apariencia de razón, de algo que se podría afirmar que es una ilusión.
Pero, ¿por qué la creencia en el más allá se encuentra tan viva entre todos los pueblos, antiguos y modernos, y en los llamados “libros santos” de todas las religiones conocidas? La respuesta es fácil: El ser humano siempre se siente atraído por todo lo maravilloso, lo que llamamos sobrenatural, por el simple hecho de desconocer la acción que lo produce. Y por esa misma razón los detractores -que los hay- NUNCA han podido probar que la existencia de los espíritus y sus manifestaciones son contrarias a las leyes de la naturaleza, pues, como todos Vdes. saben, “algo” no esté científicamente probado no quiere decir que no sea posible.
Como ejemplo debe bastarnos con el descubrimiento que realizó el físico cuántico japonés Sin-Itiro Tomonaga, quien recibió el premio Nobel por su trabajo en electrodinámica cuántica, y que demostraba que, efectivamente, un sólido SI puede atravesar otro sólido sin que ninguno de los dos se deterioren. O lo que es lo mismo: Que, gracias a los conocimientos actuales, sabemos que las apariciones de cualquier tipo de sólido de las que se hablan en parapsicología (MATERIALIZACIONES), científicamente SI es posible.
Podríamos decir, parafraseando a Pirandello, que “A cada cual su verdad”, pues cada uno de nosotros tenemos una estructura mental y por lo tanto cada uno de nosotros concebimos el Universo de una manera diferente… Es evidente que la visión que un pez pueda tener del mundo desde su acuario, no tiene punto de comparación con la visión propia de un sabio; y si nos colocamos en el plano social, debemos confesar que el mundo concebido por un acaudalado burgués es muy diferente del mundo del artista, del campesino o del obrero.
Posiblemente sea ésta noción de los planos, cada uno de los cuales tiene sus propias leyes subordinadas a las del plano superior, la que “NOS SEPARE” de esta otra realidad que es la del mundo de los espíritus.
Por otra parte, los fenómenos de movimientos sin contactos y de materializaciónes ectoplásmicas o de espíritus, al igual que los de videncia y de premonición, fueron siempre conocidos y atribuidos en las épocas antiguas o bien a Dios, o bien al Demonio, según los casos, y ya en nuestros tiempos a la surpechería, empezaron a ser objeto de un estudio atento desde finales del siglo XIX. Fue entonces cuando cierto número de investigadores –el físico Crooks, el fisiólogo Charles Richet, y los doctores Geley y Osty, entre otros, parecen haber demostrado la realidad de estos fenómenos, todavía discutidos en nuestros días. Para llevar a buen término sus investigaciones, estos sabios tuvieron la suerte de disponer de médiums particularmente dotados. Home, que vivió desde 1.833 hasta 1.836, trabajó largo tiempo bajo el control de Crooks; el polaco Gusik (1876-1928) fue estudiado, entre otros, por los doctores Geley y Osty, lo mismo que Kluski (1874-1944), que también era polaco. Los mismos investigadores prosiguieron su trabajo con la famosísima –dentro del mundo de lo paranormal- Eusapia Palladino (1854-1918).
Esta mujer, siciliana de nacimiento, tenía unas dotes tan extraordinarias que, en su época, provocó las más numerosas y controvertidas opiniones. Fue considerada por muchos como la médium más famosa y la más investigada de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, por la institución francesa Institut Gènèral Psychologique, durante los años 1905, 1906 y 1907, en un total de 43 sesiones. No se posee la lista completa de los investigadores, pero figuraban entre ellos Charles Richet, Pierre y Marie Curie, Henri Bergson, Jean Baptiste Perrin, G. Charpentier y Debierne, rector de la Sorbona , entre otros.
Señala una étapa importante en la historia de la investigación, porque fue la primera médium utilizada en los fenómenos físicos por gran número de eminentes personalidades de la ciencia.
Ningún médium ha sido más rígidamente tratado que ella, y la inmensa mayoría de los que la estudiaron, dijeron que su mediumnidad era realmente excepcional.
Obviamente se investigaron a más médiums, y aunque cada uno de los estudiados presentaron características personales, como es lógico, en el ejercicio de sus facultades todos ellos provocaron las mismas series de fenómenos:
Desplazamiento de objetos sin contacto físico, ruidos, materializaciones, ejercían la escritura automática, y algunos de ellos también hacían posible el paso de objetos a través de los tabiques.
Hay una conocida anécdota referente al medium Home:
Se dice que uno de sus amigos tuvo que pernoctar en la misma habitación que él y Home le dijo:
“Sobre todo, no te asustes si ves a alguien en el cuarto. No puedo impedir el provocar apariciones.” Y, en efecto, por la madrugada el amigo vio la forma de un ser humano cerca de la cama del médium. Al interrogar a Home al día siguiente, este respondió sin asombrarse: “¿El fantasma? ¡Ah, si! ¡Era mi mujer!”… Obviamente su mujer había muerto hacía muchos años.
Tal vez sería conveniente que nos preguntasemos cual es la verdadera causa de que en la actualidad no se investiguen los llamados fenómenos espiritistas… ¿Acaso no lo cree conveniente alguna determinada institución, ya sea esta científica o religiosa? O, por el contrario, ¿existen pruebas de que SI es posible la conexión entre el mundo espiritual y el físico pero, por razones que se nos escapan, NO ES CONVENIENTE darlo a conocer?
Tal vez algún día lo sepamos.
Hoy tenemos entre nosotros a una de las mejores y más fiables mediums “mecánicas” de Europa: La española Angela Ghilery.
Como supongo que algunos de Vds. Tal vez no estén muy al corriente sobre este tipo de mediunidad, les diré que se ponen el lápiz o bolígrafo en la mano, sosteniéndolo lo más ligeramente posible, aunque hay veces en las cuales el lápiz o bolígrafo es a menudo lanzado a lo lejos con fuerza, o la mano se agita convulsivamente y golpea coléricamente la mesa, a pesar de ello el médium se muestre tranquilo. Esos efectos suelen producirlos los llamados espíritus burlones o imperfectos, puesto que los espíritus superiores se muestran sosegados y pacíficos.
Aunque Allán Kardec -reconocido como “el padre del espiritismo moderno-, en el más famoso de sus libros, “El libro de los Espíritus”, que es un libro que se podría considerar, comparativamente, como “la Biblia” del mundo espiritista, dice en los versículos 107 al 111, correspondientes al capítulo primero del libro II, que a los espíritus que podemos denominar como buenos se les puede dividir en cuatro grupos principales:
Los ESPÍRITUS BENÉVOLOS, cuya cualidad dominante es la bondad.
Los ESPÍRITUS SABIOS, siendo lo que principalmente distingue a este tipo de espíritu la extensión de sus conocimientos y que se ocupan menos de las cuestiones morales que de las científicas, pero solo consideran la ciencia utilitariamente y no obedecen al hacerlo a ninguna de las pasiones propias de los espíritus imperfectos.
Los ESPÍRITUS PRUDENTES, que son aquellos en los cuales las cualidades morales son el carácter que los distingues y
Los ESPÍRITUS SUPERIORES, que son los que reúnen la ciencia, la prudencia y la bondad. Se comunican voluntariamente con las personas que de buena fe buscan la verdad, pero que se separan de aquellas otras personas a las que solo mueve la curiosidad, o a las que siendo muy materiales se retraen de hacer el bien a los demás.
También nos habla de los espíritus maléficos e imperfectos, como es lógico, pero pienso que los que nos importa ahora son aquellos que pueden beneficiar en algo a las personas.
PERO ENTREMOS EN LA ESCRITURA AUTOMÁTICA:
Cuando el espíritu obra directamente sobre la mano, le da a ésta un impulso totalmente independiente de la voluntad. La mano escribe sin interrupción y a pesar del médium cuando el espíritu tiene algo que decir, deteniéndose cuando ha terminado.
Normalmente, el médium, en tal circunstancia, no suele tener conciencia de lo que escribe, aunque, eso si, suele sentir un gran cansancio y hasta dolores en las articulaciones, debido a la rapidez, y a veces hasta a la brusquedad con la cual el espíritu hace mover la mano del médium.
Por último les diré que es compresible que a alguno de Vds. esto le parezca increíble.
Por esa razón, tal como dije en un artículo que se publicó en el número uno de nuestra revista “Papeles del Ateneo Ciudad de Plasencia”, sobre la parapsicología, y que es aplicable a la fenomenología del mundo de los espíritus,
“Es palmario que hay que usar una nueva métrica, no condicionada por una sociedad que, en su mayor parte, de antemano se encuentra predispuesta a tildar como mínimo de rara a todas aquellas personas que quieren saber, adentrarse, en el mundo de lo desconocido; una sociedad en la cual muchos de sus miembros, entre los más relevantes del mundo de la ciencia, sienten vergüenza, opuesta a los mejores impulsos de la razón, de sentirse humillados ante el hecho de rectificar la insensatez cometida por algunos de sus miembros al denominar como fantásticos casos y cosas que, mientras que no sean capaces de demostrar lo contrario, deberían mirar con el mayor de los respetos y tratar de penetrar en ellos con humildad, y sin estar condicionados por ningún tipo de credo religioso o social...”
Y, sin más preámbulos, le cedo la palabra a la autora de dos de los libros más conocidos dentro de este mundillo del campo de los espíritus: “CARTAS DEL MÁS ALLÁ” y “LOS ANGELES HABLAN”; la reconocida medium Ángela Ghislery.
José R. Delfín
Aquí, en el Ateneo, dentro de unos momentos se hablará de un tema que aparentemente, roza la frontera de lo irracional: El contacto con seres del más allá; la comunicación con los espíritus de seres que físicamente no están entre nosotros. Personas que, como solemos decir, han muerto.
Y digo que “roza la frontera de lo irracional, porque la creencia en los Espíritus y en sus manifestaciones, no es una concepción aislada, ni el producto de un sistema, ya que si fuera así SI cabría la sospecha, con alguna apariencia de razón, de algo que se podría afirmar que es una ilusión.
Pero, ¿por qué la creencia en el más allá se encuentra tan viva entre todos los pueblos, antiguos y modernos, y en los llamados “libros santos” de todas las religiones conocidas? La respuesta es fácil: El ser humano siempre se siente atraído por todo lo maravilloso, lo que llamamos sobrenatural, por el simple hecho de desconocer la acción que lo produce. Y por esa misma razón los detractores -que los hay- NUNCA han podido probar que la existencia de los espíritus y sus manifestaciones son contrarias a las leyes de la naturaleza, pues, como todos Vdes. saben, “algo” no esté científicamente probado no quiere decir que no sea posible.
Como ejemplo debe bastarnos con el descubrimiento que realizó el físico cuántico japonés Sin-Itiro Tomonaga, quien recibió el premio Nobel por su trabajo en electrodinámica cuántica, y que demostraba que, efectivamente, un sólido SI puede atravesar otro sólido sin que ninguno de los dos se deterioren. O lo que es lo mismo: Que, gracias a los conocimientos actuales, sabemos que las apariciones de cualquier tipo de sólido de las que se hablan en parapsicología (MATERIALIZACIONES), científicamente SI es posible.
Podríamos decir, parafraseando a Pirandello, que “A cada cual su verdad”, pues cada uno de nosotros tenemos una estructura mental y por lo tanto cada uno de nosotros concebimos el Universo de una manera diferente… Es evidente que la visión que un pez pueda tener del mundo desde su acuario, no tiene punto de comparación con la visión propia de un sabio; y si nos colocamos en el plano social, debemos confesar que el mundo concebido por un acaudalado burgués es muy diferente del mundo del artista, del campesino o del obrero.
Posiblemente sea ésta noción de los planos, cada uno de los cuales tiene sus propias leyes subordinadas a las del plano superior, la que “NOS SEPARE” de esta otra realidad que es la del mundo de los espíritus.
Por otra parte, los fenómenos de movimientos sin contactos y de materializaciónes ectoplásmicas o de espíritus, al igual que los de videncia y de premonición, fueron siempre conocidos y atribuidos en las épocas antiguas o bien a Dios, o bien al Demonio, según los casos, y ya en nuestros tiempos a la surpechería, empezaron a ser objeto de un estudio atento desde finales del siglo XIX. Fue entonces cuando cierto número de investigadores –el físico Crooks, el fisiólogo Charles Richet, y los doctores Geley y Osty, entre otros, parecen haber demostrado la realidad de estos fenómenos, todavía discutidos en nuestros días. Para llevar a buen término sus investigaciones, estos sabios tuvieron la suerte de disponer de médiums particularmente dotados. Home, que vivió desde 1.833 hasta 1.836, trabajó largo tiempo bajo el control de Crooks; el polaco Gusik (1876-1928) fue estudiado, entre otros, por los doctores Geley y Osty, lo mismo que Kluski (1874-1944), que también era polaco. Los mismos investigadores prosiguieron su trabajo con la famosísima –dentro del mundo de lo paranormal- Eusapia Palladino (1854-1918).
Esta mujer, siciliana de nacimiento, tenía unas dotes tan extraordinarias que, en su época, provocó las más numerosas y controvertidas opiniones. Fue considerada por muchos como la médium más famosa y la más investigada de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, por la institución francesa Institut Gènèral Psychologique, durante los años 1905, 1906 y 1907, en un total de 43 sesiones. No se posee la lista completa de los investigadores, pero figuraban entre ellos Charles Richet, Pierre y Marie Curie, Henri Bergson, Jean Baptiste Perrin, G. Charpentier y Debierne, rector de la Sorbona , entre otros.
Señala una étapa importante en la historia de la investigación, porque fue la primera médium utilizada en los fenómenos físicos por gran número de eminentes personalidades de la ciencia.
Ningún médium ha sido más rígidamente tratado que ella, y la inmensa mayoría de los que la estudiaron, dijeron que su mediumnidad era realmente excepcional.
Obviamente se investigaron a más médiums, y aunque cada uno de los estudiados presentaron características personales, como es lógico, en el ejercicio de sus facultades todos ellos provocaron las mismas series de fenómenos:
Desplazamiento de objetos sin contacto físico, ruidos, materializaciones, ejercían la escritura automática, y algunos de ellos también hacían posible el paso de objetos a través de los tabiques.
Hay una conocida anécdota referente al medium Home:
Se dice que uno de sus amigos tuvo que pernoctar en la misma habitación que él y Home le dijo:
“Sobre todo, no te asustes si ves a alguien en el cuarto. No puedo impedir el provocar apariciones.” Y, en efecto, por la madrugada el amigo vio la forma de un ser humano cerca de la cama del médium. Al interrogar a Home al día siguiente, este respondió sin asombrarse: “¿El fantasma? ¡Ah, si! ¡Era mi mujer!”… Obviamente su mujer había muerto hacía muchos años.
Tal vez sería conveniente que nos preguntasemos cual es la verdadera causa de que en la actualidad no se investiguen los llamados fenómenos espiritistas… ¿Acaso no lo cree conveniente alguna determinada institución, ya sea esta científica o religiosa? O, por el contrario, ¿existen pruebas de que SI es posible la conexión entre el mundo espiritual y el físico pero, por razones que se nos escapan, NO ES CONVENIENTE darlo a conocer?
Tal vez algún día lo sepamos.
Hoy tenemos entre nosotros a una de las mejores y más fiables mediums “mecánicas” de Europa: La española Angela Ghilery.
Como supongo que algunos de Vds. Tal vez no estén muy al corriente sobre este tipo de mediunidad, les diré que se ponen el lápiz o bolígrafo en la mano, sosteniéndolo lo más ligeramente posible, aunque hay veces en las cuales el lápiz o bolígrafo es a menudo lanzado a lo lejos con fuerza, o la mano se agita convulsivamente y golpea coléricamente la mesa, a pesar de ello el médium se muestre tranquilo. Esos efectos suelen producirlos los llamados espíritus burlones o imperfectos, puesto que los espíritus superiores se muestran sosegados y pacíficos.
Aunque Allán Kardec -reconocido como “el padre del espiritismo moderno-, en el más famoso de sus libros, “El libro de los Espíritus”, que es un libro que se podría considerar, comparativamente, como “la Biblia” del mundo espiritista, dice en los versículos 107 al 111, correspondientes al capítulo primero del libro II, que a los espíritus que podemos denominar como buenos se les puede dividir en cuatro grupos principales:
Los ESPÍRITUS BENÉVOLOS, cuya cualidad dominante es la bondad.
Los ESPÍRITUS SABIOS, siendo lo que principalmente distingue a este tipo de espíritu la extensión de sus conocimientos y que se ocupan menos de las cuestiones morales que de las científicas, pero solo consideran la ciencia utilitariamente y no obedecen al hacerlo a ninguna de las pasiones propias de los espíritus imperfectos.
Los ESPÍRITUS PRUDENTES, que son aquellos en los cuales las cualidades morales son el carácter que los distingues y
Los ESPÍRITUS SUPERIORES, que son los que reúnen la ciencia, la prudencia y la bondad. Se comunican voluntariamente con las personas que de buena fe buscan la verdad, pero que se separan de aquellas otras personas a las que solo mueve la curiosidad, o a las que siendo muy materiales se retraen de hacer el bien a los demás.
También nos habla de los espíritus maléficos e imperfectos, como es lógico, pero pienso que los que nos importa ahora son aquellos que pueden beneficiar en algo a las personas.
PERO ENTREMOS EN LA ESCRITURA AUTOMÁTICA:
Cuando el espíritu obra directamente sobre la mano, le da a ésta un impulso totalmente independiente de la voluntad. La mano escribe sin interrupción y a pesar del médium cuando el espíritu tiene algo que decir, deteniéndose cuando ha terminado.
Normalmente, el médium, en tal circunstancia, no suele tener conciencia de lo que escribe, aunque, eso si, suele sentir un gran cansancio y hasta dolores en las articulaciones, debido a la rapidez, y a veces hasta a la brusquedad con la cual el espíritu hace mover la mano del médium.
Por último les diré que es compresible que a alguno de Vds. esto le parezca increíble.
Por esa razón, tal como dije en un artículo que se publicó en el número uno de nuestra revista “Papeles del Ateneo Ciudad de Plasencia”, sobre la parapsicología, y que es aplicable a la fenomenología del mundo de los espíritus,
“Es palmario que hay que usar una nueva métrica, no condicionada por una sociedad que, en su mayor parte, de antemano se encuentra predispuesta a tildar como mínimo de rara a todas aquellas personas que quieren saber, adentrarse, en el mundo de lo desconocido; una sociedad en la cual muchos de sus miembros, entre los más relevantes del mundo de la ciencia, sienten vergüenza, opuesta a los mejores impulsos de la razón, de sentirse humillados ante el hecho de rectificar la insensatez cometida por algunos de sus miembros al denominar como fantásticos casos y cosas que, mientras que no sean capaces de demostrar lo contrario, deberían mirar con el mayor de los respetos y tratar de penetrar en ellos con humildad, y sin estar condicionados por ningún tipo de credo religioso o social...”
Y, sin más preámbulos, le cedo la palabra a la autora de dos de los libros más conocidos dentro de este mundillo del campo de los espíritus: “CARTAS DEL MÁS ALLÁ” y “LOS ANGELES HABLAN”; la reconocida medium
José R. Delfín
Aquí, en el Ateneo, dentro de unos momentos se hablará de un tema que aparentemente, roza la frontera de lo irracional: El contacto con seres del más allá; la comunicación con los espíritus de seres que físicamente no están entre nosotros. Personas que, como solemos decir, han muerto.
Y digo que “roza la frontera de lo irracional, porque la creencia en los Espíritus y en sus manifestaciones, no es una concepción aislada, ni el producto de un sistema, ya que si fuera así SI cabría la sospecha, con alguna apariencia de razón, de algo que se podría afirmar que es una ilusión.
Pero, ¿por qué la creencia en el más allá se encuentra tan viva entre todos los pueblos, antiguos y modernos, y en los llamados “libros santos” de todas las religiones conocidas? La respuesta es fácil: El ser humano siempre se siente atraído por todo lo maravilloso, lo que llamamos sobrenatural, por el simple hecho de desconocer la acción que lo produce. Y por esa misma razón los detractores -que los hay- NUNCA han podido probar que la existencia de los espíritus y sus manifestaciones son contrarias a las leyes de la naturaleza, pues, como todos Vdes. saben, “algo” no esté científicamente probado no quiere decir que no sea posible.
Como ejemplo debe bastarnos con el descubrimiento que realizó el físico cuántico japonés Sin-Itiro Tomonaga, quien recibió el premio Nobel por su trabajo en electrodinámica cuántica, y que demostraba que, efectivamente, un sólido SI puede atravesar otro sólido sin que ninguno de los dos se deterioren. O lo que es lo mismo: Que, gracias a los conocimientos actuales, sabemos que las apariciones de cualquier tipo de sólido de las que se hablan en parapsicología (MATERIALIZACIONES), científicamente SI es posible.
Podríamos decir, parafraseando a Pirandello, que “A cada cual su verdad”, pues cada uno de nosotros tenemos una estructura mental y por lo tanto cada uno de nosotros concebimos el Universo de una manera diferente… Es evidente que la visión que un pez pueda tener del mundo desde su acuario, no tiene punto de comparación con la visión propia de un sabio; y si nos colocamos en el plano social, debemos confesar que el mundo concebido por un acaudalado burgués es muy diferente del mundo del artista, del campesino o del obrero.
Posiblemente sea ésta noción de los planos, cada uno de los cuales tiene sus propias leyes subordinadas a las del plano superior, la que “NOS SEPARE” de esta otra realidad que es la del mundo de los espíritus.
Por otra parte, los fenómenos de movimientos sin contactos y de materializaciónes ectoplásmicas o de espíritus, al igual que los de videncia y de premonición, fueron siempre conocidos y atribuidos en las épocas antiguas o bien a Dios, o bien al Demonio, según los casos, y ya en nuestros tiempos a la surpechería, empezaron a ser objeto de un estudio atento desde finales del siglo XIX. Fue entonces cuando cierto número de investigadores –el físico Crooks, el fisiólogo Charles Richet, y los doctores Geley y Osty, entre otros, parecen haber demostrado la realidad de estos fenómenos, todavía discutidos en nuestros días. Para llevar a buen término sus investigaciones, estos sabios tuvieron la suerte de disponer de médiums particularmente dotados. Home, que vivió desde 1.833 hasta 1.836, trabajó largo tiempo bajo el control de Crooks; el polaco Gusik (1876-1928) fue estudiado, entre otros, por los doctores Geley y Osty, lo mismo que Kluski (1874-1944), que también era polaco. Los mismos investigadores prosiguieron su trabajo con la famosísima –dentro del mundo de lo paranormal- Eusapia Palladino (1854-1918).
Esta mujer, siciliana de nacimiento, tenía unas dotes tan extraordinarias que, en su época, provocó las más numerosas y controvertidas opiniones. Fue considerada por muchos como la médium más famosa y la más investigada de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, por la institución francesa Institut Gènèral Psychologique, durante los años 1905, 1906 y 1907, en un total de 43 sesiones. No se posee la lista completa de los investigadores, pero figuraban entre ellos Charles Richet, Pierre y Marie Curie, Henri Bergson, Jean Baptiste Perrin, G. Charpentier y Debierne, rector de la Sorbona , entre otros.
Señala una étapa importante en la historia de la investigación, porque fue la primera médium utilizada en los fenómenos físicos por gran número de eminentes personalidades de la ciencia.
Ningún médium ha sido más rígidamente tratado que ella, y la inmensa mayoría de los que la estudiaron, dijeron que su mediumnidad era realmente excepcional.
Obviamente se investigaron a más médiums, y aunque cada uno de los estudiados presentaron características personales, como es lógico, en el ejercicio de sus facultades todos ellos provocaron las mismas series de fenómenos:
Desplazamiento de objetos sin contacto físico, ruidos, materializaciones, ejercían la escritura automática, y algunos de ellos también hacían posible el paso de objetos a través de los tabiques.
Hay una conocida anécdota referente al medium Home:
Se dice que uno de sus amigos tuvo que pernoctar en la misma habitación que él y Home le dijo:
“Sobre todo, no te asustes si ves a alguien en el cuarto. No puedo impedir el provocar apariciones.” Y, en efecto, por la madrugada el amigo vio la forma de un ser humano cerca de la cama del médium. Al interrogar a Home al día siguiente, este respondió sin asombrarse: “¿El fantasma? ¡Ah, si! ¡Era mi mujer!”… Obviamente su mujer había muerto hacía muchos años.
Tal vez sería conveniente que nos preguntasemos cual es la verdadera causa de que en la actualidad no se investiguen los llamados fenómenos espiritistas… ¿Acaso no lo cree conveniente alguna determinada institución, ya sea esta científica o religiosa? O, por el contrario, ¿existen pruebas de que SI es posible la conexión entre el mundo espiritual y el físico pero, por razones que se nos escapan, NO ES CONVENIENTE darlo a conocer?
Tal vez algún día lo sepamos.
Hoy tenemos entre nosotros a una de las mejores y más fiables mediums “mecánicas” de Europa: La española Angela Ghilery.
Como supongo que algunos de Vds. Tal vez no estén muy al corriente sobre este tipo de mediunidad, les diré que se ponen el lápiz o bolígrafo en la mano, sosteniéndolo lo más ligeramente posible, aunque hay veces en las cuales el lápiz o bolígrafo es a menudo lanzado a lo lejos con fuerza, o la mano se agita convulsivamente y golpea coléricamente la mesa, a pesar de ello el médium se muestre tranquilo. Esos efectos suelen producirlos los llamados espíritus burlones o imperfectos, puesto que los espíritus superiores se muestran sosegados y pacíficos.
Aunque Allán Kardec -reconocido como “el padre del espiritismo moderno-, en el más famoso de sus libros, “El libro de los Espíritus”, que es un libro que se podría considerar, comparativamente, como “la Biblia” del mundo espiritista, dice en los versículos 107 al 111, correspondientes al capítulo primero del libro II, que a los espíritus que podemos denominar como buenos se les puede dividir en cuatro grupos principales:
Los ESPÍRITUS BENÉVOLOS, cuya cualidad dominante es la bondad.
Los ESPÍRITUS SABIOS, siendo lo que principalmente distingue a este tipo de espíritu la extensión de sus conocimientos y que se ocupan menos de las cuestiones morales que de las científicas, pero solo consideran la ciencia utilitariamente y no obedecen al hacerlo a ninguna de las pasiones propias de los espíritus imperfectos.
Los ESPÍRITUS PRUDENTES, que son aquellos en los cuales las cualidades morales son el carácter que los distingues y
Los ESPÍRITUS SUPERIORES, que son los que reúnen la ciencia, la prudencia y la bondad. Se comunican voluntariamente con las personas que de buena fe buscan la verdad, pero que se separan de aquellas otras personas a las que solo mueve la curiosidad, o a las que siendo muy materiales se retraen de hacer el bien a los demás.
También nos habla de los espíritus maléficos e imperfectos, como es lógico, pero pienso que los que nos importa ahora son aquellos que pueden beneficiar en algo a las personas.
PERO ENTREMOS EN LA ESCRITURA AUTOMÁTICA:
Cuando el espíritu obra directamente sobre la mano, le da a ésta un impulso totalmente independiente de la voluntad. La mano escribe sin interrupción y a pesar del médium cuando el espíritu tiene algo que decir, deteniéndose cuando ha terminado.
Normalmente, el médium, en tal circunstancia, no suele tener conciencia de lo que escribe, aunque, eso si, suele sentir un gran cansancio y hasta dolores en las articulaciones, debido a la rapidez, y a veces hasta a la brusquedad con la cual el espíritu hace mover la mano del médium.
Por último les diré que es compresible que a alguno de Vds. esto le parezca increíble.
Por esa razón, tal como dije en un artículo que se publicó en el número uno de nuestra revista “Papeles del Ateneo Ciudad de Plasencia”, sobre la parapsicología, y que es aplicable a la fenomenología del mundo de los espíritus,
“Es palmario que hay que usar una nueva métrica, no condicionada por una sociedad que, en su mayor parte, de antemano se encuentra predispuesta a tildar como mínimo de rara a todas aquellas personas que quieren saber, adentrarse, en el mundo de lo desconocido; una sociedad en la cual muchos de sus miembros, entre los más relevantes del mundo de la ciencia, sienten vergüenza, opuesta a los mejores impulsos de la razón, de sentirse humillados ante el hecho de rectificar la insensatez cometida por algunos de sus miembros al denominar como fantásticos casos y cosas que, mientras que no sean capaces de demostrar lo contrario, deberían mirar con el mayor de los respetos y tratar de penetrar en ellos con humildad, y sin estar condicionados por ningún tipo de credo religioso o social...”
Y, sin más preámbulos, le cedo la palabra a la autora de dos de los libros más conocidos dentro de este mundillo del campo de los espíritus: “CARTAS DEL MÁS ALLÁ” y “LOS ANGELES HABLAN”; la reconocida medium Ángela Ghislery.
habladuría y chismorreos
HABLADURÍAS Y CHISMORREOS
José R. Delfín
Recuerdo que hubo una época en mi vida durante la cual temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta que de todos modos opinarían de mí, pues hay personas que, casi por costumbre, se dedican al chismorreo y difunden habladurías sobre vecinos, compañeros, amigos y hasta de familiares, sin tener en cuenta las consecuencias que ello puede acarrear a los llevados de boca en boca o incluso a ellos mismos, pues la mayor de las veces dichas habladurías y/o chismorreos no son más que el intento de ocultar sus propias carencias y de ese modo las tratan de minimizar; o simplemente venganza por algo que no gustó a alguien; o envidia por lo que otro u otros haya podido lograr o sepa hacer. Incluso para alegrar el oído de alguien que tenga poder, ya sea este fijo o temporal. Estas personas, además de crear un mal ambiente en el entorno en el que se desenvuelven, suelen sentirse -y de hecho son- unas criaturas amargadas, por muy risueñas que se muestren ante los demás.
Si algo me puede importar sobre este tema es lo que opinen de mi las personas inteligentes y como, estoy convencido de ello, las personas verdaderamente inteligentes no suelen decir lo que opinan de los demás…
¿Pero que ocurre cuando dichas habladurías, lógicamente basadas en algo espurio, han creado una predisposición contra esa persona o personas?
A quienes se dedican a practicar tal deporte les voy a contar una historia que cierta vez escuché, con el deseo de que la misma les haga reflexionar y cambiar esa manera de actuar:
Un día cierta señora que había calumniado a unos compañeros suyo -todo por la envidia que sentía al ver que los mismos eran mejor recibidos en sociedad que ella, lo que en cierto modo consideraba un éxito para ellos y una afrenta para si-, como en el fondo de su corazón era eso que hemos dado en llamar una buena persona, se sintió muy arrepentida al considerar lo injusta que había sido y las consecuencias que su proceder había podido acarrear, por lo cual, como estaba muy apegada a la religión, entró en una iglesia y, tras arrodillarse, pidió a Dios que la iluminara sobre la manera de corregir el daño que podría haber causado con sus habladurías. El Supremo le dijo que llenara un saco de plumas, de las más pequeñas y ligeras, y que una a una las fuera soltando allá por donde caminara. Ella se puso muy contenta por la aparente fácil solución que Dios le había dado y, con gran diligencia se dedico a ello. Cuando terminó su cometido fue de nuevo a la iglesia llena de alegría y le dijo al Señor:
“Señor, ya terminé de hacer lo que me encomendaste”.
Y Dios le dijo:
“Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Por lo tanto sal a la calle y búscalas.”
La mujer se dio cuenta enseguida que ello significaba una misión imposible, pero a pesar de todo lo intentó. Lógicamente terminó sin haber podido reunir casi ninguna. Volvió al templo y escucho como Dios le decía:
“El viento hizo que las plumas volaran y por eso no las pudiste juntar de nuevo. De la misma manera el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Solo te queda pedir perdón, pues lo hecho ya no tiene remedio”.
La moraleja es bien sencilla: si no quieres sentirte culpable y ocasionar daños irreparables deja los chismorreos, las mentiras y las habladurías y piensa que tu puedes ser objeto de igual trato; y quien se sienta dañada por tales hechos debe alejar de su lado a todas aquellas personas que sean chismosas, empleen la mentira y propaguen las habladurías…o que no lo haga, que a lo mejor esto son cosas mías
José R. Delfín
Recuerdo que hubo una época en mi vida durante la cual temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta que de todos modos opinarían de mí, pues hay personas que, casi por costumbre, se dedican al chismorreo y difunden habladurías sobre vecinos, compañeros, amigos y hasta de familiares, sin tener en cuenta las consecuencias que ello puede acarrear a los llevados de boca en boca o incluso a ellos mismos, pues la mayor de las veces dichas habladurías y/o chismorreos no son más que el intento de ocultar sus propias carencias y de ese modo las tratan de minimizar; o simplemente venganza por algo que no gustó a alguien; o envidia por lo que otro u otros haya podido lograr o sepa hacer. Incluso para alegrar el oído de alguien que tenga poder, ya sea este fijo o temporal. Estas personas, además de crear un mal ambiente en el entorno en el que se desenvuelven, suelen sentirse -y de hecho son- unas criaturas amargadas, por muy risueñas que se muestren ante los demás.
Si algo me puede importar sobre este tema es lo que opinen de mi las personas inteligentes y como, estoy convencido de ello, las personas verdaderamente inteligentes no suelen decir lo que opinan de los demás…
¿Pero que ocurre cuando dichas habladurías, lógicamente basadas en algo espurio, han creado una predisposición contra esa persona o personas?
A quienes se dedican a practicar tal deporte les voy a contar una historia que cierta vez escuché, con el deseo de que la misma les haga reflexionar y cambiar esa manera de actuar:
Un día cierta señora que había calumniado a unos compañeros suyo -todo por la envidia que sentía al ver que los mismos eran mejor recibidos en sociedad que ella, lo que en cierto modo consideraba un éxito para ellos y una afrenta para si-, como en el fondo de su corazón era eso que hemos dado en llamar una buena persona, se sintió muy arrepentida al considerar lo injusta que había sido y las consecuencias que su proceder había podido acarrear, por lo cual, como estaba muy apegada a la religión, entró en una iglesia y, tras arrodillarse, pidió a Dios que la iluminara sobre la manera de corregir el daño que podría haber causado con sus habladurías. El Supremo le dijo que llenara un saco de plumas, de las más pequeñas y ligeras, y que una a una las fuera soltando allá por donde caminara. Ella se puso muy contenta por la aparente fácil solución que Dios le había dado y, con gran diligencia se dedico a ello. Cuando terminó su cometido fue de nuevo a la iglesia llena de alegría y le dijo al Señor:
“Señor, ya terminé de hacer lo que me encomendaste”.
Y Dios le dijo:
“Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Por lo tanto sal a la calle y búscalas.”
La mujer se dio cuenta enseguida que ello significaba una misión imposible, pero a pesar de todo lo intentó. Lógicamente terminó sin haber podido reunir casi ninguna. Volvió al templo y escucho como Dios le decía:
“El viento hizo que las plumas volaran y por eso no las pudiste juntar de nuevo. De la misma manera el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Solo te queda pedir perdón, pues lo hecho ya no tiene remedio”.
La moraleja es bien sencilla: si no quieres sentirte culpable y ocasionar daños irreparables deja los chismorreos, las mentiras y las habladurías y piensa que tu puedes ser objeto de igual trato; y quien se sienta dañada por tales hechos debe alejar de su lado a todas aquellas personas que sean chismosas, empleen la mentira y propaguen las habladurías…o que no lo haga, que a lo mejor esto son cosas mías
LA MASONERÍA Y SUS PROBLEMAS
LA MASONERÍA Y SUS PROBLEMAS
José R. Delfin
Es indubitable que el hecho de ser Masón conlleva, a nivel popular, una etiqueta que lo identifica con ser algo parecido a los malos políticos; a esos elementos que utilizan la política para su propio beneficio o el de sus familiares, compañeros (entre los masones hermanos), o amigos. En definitiva, que son unas personas que utilizan unas ideas que en sus principios pudieron ser excelentes para lograr una sociedad humana en la cual la convivencia fuera perfecta, o estuviera muy cerca de lograr el statu social, económico y metafísico que la mayoría de los que no pertenecen a la élite socio-económica desea para lograr una determinada parcela de poder, ya sea éste político o económico.
¿Pero que pudo haber contribuido a que se tenga este concepto de la masonería?
Veamos algunas de las posibles causas:
Desde que las logias masónicas comenzaron a extenderse por Europa –finales del siglo XVII y comienzos del XVIII- los poderes instituidos -especialmente la iglesia- comenzaron el ataque-defensa de sus intereses. Los Papas Benedicto XIV, Pío VII, León XII, León XIII y Pío X; condenaron a la masonería y a las sociedades secretas en general, aduciendo para ello prácticamente lo mismo que el Papa Clemente XII -antecesor de todos ellos- quien el 24 de abril de 1738, con su bula In Eminenti, prohibió y condenó las asociaciones, reuniones o sociedades denominadas Liberi muratori, masones u otros nombres, "por ser perniciosas para la seguridad de los estados y la salvación de las almas".
En España, durante muchos años, desde la rebelión del ejercito contra el gobierno republicano que había sido legalmente constituido hasta la actual democracia, era frecuente el escuchar de boca del Jefe del Estado o de cualquiera de sus ministros o miembros relevantes de la comunión Iglesia-Estado, que tal o cual cosa "... es una conspiración judeo-masónica". Eso, con el tiempo, hizo que la mayoría de los españoles estuviesen prevenidos contra la masonería.
Pero los tiempos cambian y según el famoso periodista Pier Carpi, quien fuera el mayor enemigo de los masones, la Iglesia Católica, en el Vaticano, tiene una Logia: se llama "logia Eclesia" y está en contacto directo con el Gran Maestre de la Gran Logia Unida de Inglaterra, el duque Michael de Kent. A ella pertenecen más de cien personas entre cardenales, obispos y monseñores de la Curia que consiguen mantenerlo en el más absoluto secreto, pero no hasta escapar a las investigaciones de los hombres del famoso Opus dei". (1) Todos recordamos el caso de la Logia P2 italiana que fundó Ligio Gelli y que en realidad fue lo que hizo llegar a la opinión pública la conexión existente entre la masonería y el Vaticano.
Referente a la presencia de la masonería en el Vaticano, unos misteriosos "Discípulos de la Verdad" contaron lo siguiente: "El hecho de que el clan masónico esté tan envuelto en el secreto como su adversario opusdeista hace que la identificación de sus miembros resulte tan difícil como la de los de este último". (2)
Crowley F. nos dice sobre los masones: "Inicialmente, en ningún momento se trató de una asociación o sociedad de tipo religioso ni político...". (3)
Ante esto cabe preguntarse: ¿Entonces que hace la masonería en el Vaticano? ¿La masonería lo que busca es Poder? Si sus intenciones son tan benefactoras para la humanidad como dicen, ¿por qué tanto secretismo? Si en la actualidad la masonería no está perseguida por nada ni por nadie, ¿cual es la razón de que no pongan una placa en el lateral del portal de entrada a la Logia para que se sepa que ese es el lugar de reunión de los masones, y que cualquiera pueda ver como entran y salen los pertenecientes a ella? Si tan solo se trata de ayudar a los demás, ¿Cuál es la razón de que seleccionen a las personas que quieren formar parte de la masonería? "¿Acaso los masones tienen la exclusividad para prestar ayuda al resto del mundo?"
Considero que hasta que la masonería no actúe "con luz y taquígrafos" muchas personas desconfiaran de quienes mantienen en secreto su forma de actuar.
Aunque tal vez yo 1o vea así por que no soy masón...
Bibliografía
(1) "L 'Expresso", del 12 de diciembre de 1987
(2) "Mentiras y Crímenes en el Vaticano"; ediciones B,
afto 2000
(3) "Las Sociedades Secretas", de Crowley F; páginas.
89-90. Edicomunicación, S.A. 1993
José R. Delfin
Es indubitable que el hecho de ser Masón conlleva, a nivel popular, una etiqueta que lo identifica con ser algo parecido a los malos políticos; a esos elementos que utilizan la política para su propio beneficio o el de sus familiares, compañeros (entre los masones hermanos), o amigos. En definitiva, que son unas personas que utilizan unas ideas que en sus principios pudieron ser excelentes para lograr una sociedad humana en la cual la convivencia fuera perfecta, o estuviera muy cerca de lograr el statu social, económico y metafísico que la mayoría de los que no pertenecen a la élite socio-económica desea para lograr una determinada parcela de poder, ya sea éste político o económico.
¿Pero que pudo haber contribuido a que se tenga este concepto de la masonería?
Veamos algunas de las posibles causas:
Desde que las logias masónicas comenzaron a extenderse por Europa –finales del siglo XVII y comienzos del XVIII- los poderes instituidos -especialmente la iglesia- comenzaron el ataque-defensa de sus intereses. Los Papas Benedicto XIV, Pío VII, León XII, León XIII y Pío X; condenaron a la masonería y a las sociedades secretas en general, aduciendo para ello prácticamente lo mismo que el Papa Clemente XII -antecesor de todos ellos- quien el 24 de abril de 1738, con su bula In Eminenti, prohibió y condenó las asociaciones, reuniones o sociedades denominadas Liberi muratori, masones u otros nombres, "por ser perniciosas para la seguridad de los estados y la salvación de las almas".
En España, durante muchos años, desde la rebelión del ejercito contra el gobierno republicano que había sido legalmente constituido hasta la actual democracia, era frecuente el escuchar de boca del Jefe del Estado o de cualquiera de sus ministros o miembros relevantes de la comunión Iglesia-Estado, que tal o cual cosa "... es una conspiración judeo-masónica". Eso, con el tiempo, hizo que la mayoría de los españoles estuviesen prevenidos contra la masonería.
Pero los tiempos cambian y según el famoso periodista Pier Carpi, quien fuera el mayor enemigo de los masones, la Iglesia Católica, en el Vaticano, tiene una Logia: se llama "logia Eclesia" y está en contacto directo con el Gran Maestre de la Gran Logia Unida de Inglaterra, el duque Michael de Kent. A ella pertenecen más de cien personas entre cardenales, obispos y monseñores de la Curia que consiguen mantenerlo en el más absoluto secreto, pero no hasta escapar a las investigaciones de los hombres del famoso Opus dei". (1) Todos recordamos el caso de la Logia P2 italiana que fundó Ligio Gelli y que en realidad fue lo que hizo llegar a la opinión pública la conexión existente entre la masonería y el Vaticano.
Referente a la presencia de la masonería en el Vaticano, unos misteriosos "Discípulos de la Verdad" contaron lo siguiente: "El hecho de que el clan masónico esté tan envuelto en el secreto como su adversario opusdeista hace que la identificación de sus miembros resulte tan difícil como la de los de este último". (2)
Crowley F. nos dice sobre los masones: "Inicialmente, en ningún momento se trató de una asociación o sociedad de tipo religioso ni político...". (3)
Ante esto cabe preguntarse: ¿Entonces que hace la masonería en el Vaticano? ¿La masonería lo que busca es Poder? Si sus intenciones son tan benefactoras para la humanidad como dicen, ¿por qué tanto secretismo? Si en la actualidad la masonería no está perseguida por nada ni por nadie, ¿cual es la razón de que no pongan una placa en el lateral del portal de entrada a la Logia para que se sepa que ese es el lugar de reunión de los masones, y que cualquiera pueda ver como entran y salen los pertenecientes a ella? Si tan solo se trata de ayudar a los demás, ¿Cuál es la razón de que seleccionen a las personas que quieren formar parte de la masonería? "¿Acaso los masones tienen la exclusividad para prestar ayuda al resto del mundo?"
Considero que hasta que la masonería no actúe "con luz y taquígrafos" muchas personas desconfiaran de quienes mantienen en secreto su forma de actuar.
Aunque tal vez yo 1o vea así por que no soy masón...
Bibliografía
(1) "L 'Expresso", del 12 de diciembre de 1987
(2) "Mentiras y Crímenes en el Vaticano"; ediciones B,
afto 2000
(3) "Las Sociedades Secretas", de Crowley F; páginas.
89-90. Edicomunicación, S.A. 1993
SIEMPRE QUEDA ALGO...
SIEMPRE QUEDA ALGO
José R. Delfín
Los romanos decían que la muerte es cosa cierta, su hora incierta, verdad de Perogrullo, pero verdad al fin y al cabo. Más aunque la hora sea incierta, hay veces en las que la muerte anuncia su cercanía. Eso pasó con mi amigo... Ya habían pasados casi dos años desde aquel fatídico día en la que nos dijeron que su tránsito era inevitable, debido a que la enfermedad que padecía, hoy por hoy, no tenía cura. La noticia fue como si nos hubiesen dado con una gran maza sobre nuestro corazón. Yo sentí como un frío intenso se apoderaba de mi cuerpo y llegaba hasta mi alma: mi amigo me iba a dejar. Sin él pretenderlo; sin querer separarse de mi lado; sin él saberlo... Y así fue. Pero siempre queda algo:
Recuerdo la primera vez que nos vimos: fue en Chiclana de la Frontera -un bonito pueblo de la provincia de Cádiz que durante los meses de verano ve multiplicada por mucho su población-, en un chalé cercano a la Playa de la Barrosa. Nada más vernos se vino hacía mi para saludarme y quedarse a mi lado y, desde ese mismo momento, vio en mi a un padre, a un hermano, a un amigo...no lo se. Pero aún visiono a través del recuerdo aquella mañana y, pueden creerlo, al describirlo vivo la misma sensación; siento el mismo impacto de ternura que entonces sentí. En ese momento decidí que viviría con nosotros, en nuestra casa; como un miembro más de la familia, y así fue. Todos lo aceptaron con agrado (aunque mi esposa, en ese principio de convivencia, tenía sus reservas); todos vieron en él las grandes cualidades que poseía: era cariñoso, alegre, agradecido, aunque, de vez en cuando algo ruidoso. Pero eso incluso hacía que en nuestra vivienda la sensación de vida fuera aún mayor, más cálida.
Era digno ver con que paciencia esperaba mi llegada a casa –esperándome tras la puerta de entrada, según me contaba mi espossa-, y con la alegría que siempre me recibía; y las prisas que se daba para anunciar a quienes estuvieran que yo, su amigo, había llegado.
Aún siento como se sentaba, a la vez que yo lo hacía, en el sofá que ambos compartíamos; nuestro sofá: él en la parte izquierda, yo en la derecha. Pero siempre a mi lado. ¡Cuanta compañía nos dábamos el uno al otro!
Tengo grabada en mi mente aquella mirada, fija y dulce, que parecía decirme lo mismo que los versos que escribiera Rabindranath Tagore: “Cuando mi corazón calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando”, y así lo siento.
Hoy, cuando físicamente ya no está entre nosotros, todos escuchamos su silencio y yo, particularmente, siento su marcha (que no su muerte) hacia ese lugar que cuando Juan Pablo II reconoció que los de su especie tienen alma no dijo cual era su destino, con la congoja de quien ha perdido de vista a su mejor amigo y, a veces, hasta un enseñante.
En sus últimos días había perdido la visión; pero aún así corría, contento y dándose trompicones con muebles y esquinas, cada vez que un miembro de la familia, de su familia, le llamaba.
Su marcha deja un agridulce regusto de alameda en nuestros corazones; agrio por su marcha física y dulce por haberlo conocido y haber sido los receptores de su afecto.
Con nuestro amor y agradecimiento por todo lo que nos ha dado, ¡gracias Mimo! Siempre nos queda el recuerdo de el más cariñoso de los Fox-Terrier.
José R. Delfín
Los romanos decían que la muerte es cosa cierta, su hora incierta, verdad de Perogrullo, pero verdad al fin y al cabo. Más aunque la hora sea incierta, hay veces en las que la muerte anuncia su cercanía. Eso pasó con mi amigo... Ya habían pasados casi dos años desde aquel fatídico día en la que nos dijeron que su tránsito era inevitable, debido a que la enfermedad que padecía, hoy por hoy, no tenía cura. La noticia fue como si nos hubiesen dado con una gran maza sobre nuestro corazón. Yo sentí como un frío intenso se apoderaba de mi cuerpo y llegaba hasta mi alma: mi amigo me iba a dejar. Sin él pretenderlo; sin querer separarse de mi lado; sin él saberlo... Y así fue. Pero siempre queda algo:
Recuerdo la primera vez que nos vimos: fue en Chiclana de la Frontera -un bonito pueblo de la provincia de Cádiz que durante los meses de verano ve multiplicada por mucho su población-, en un chalé cercano a la Playa de la Barrosa. Nada más vernos se vino hacía mi para saludarme y quedarse a mi lado y, desde ese mismo momento, vio en mi a un padre, a un hermano, a un amigo...no lo se. Pero aún visiono a través del recuerdo aquella mañana y, pueden creerlo, al describirlo vivo la misma sensación; siento el mismo impacto de ternura que entonces sentí. En ese momento decidí que viviría con nosotros, en nuestra casa; como un miembro más de la familia, y así fue. Todos lo aceptaron con agrado (aunque mi esposa, en ese principio de convivencia, tenía sus reservas); todos vieron en él las grandes cualidades que poseía: era cariñoso, alegre, agradecido, aunque, de vez en cuando algo ruidoso. Pero eso incluso hacía que en nuestra vivienda la sensación de vida fuera aún mayor, más cálida.
Era digno ver con que paciencia esperaba mi llegada a casa –esperándome tras la puerta de entrada, según me contaba mi espossa-, y con la alegría que siempre me recibía; y las prisas que se daba para anunciar a quienes estuvieran que yo, su amigo, había llegado.
Aún siento como se sentaba, a la vez que yo lo hacía, en el sofá que ambos compartíamos; nuestro sofá: él en la parte izquierda, yo en la derecha. Pero siempre a mi lado. ¡Cuanta compañía nos dábamos el uno al otro!
Tengo grabada en mi mente aquella mirada, fija y dulce, que parecía decirme lo mismo que los versos que escribiera Rabindranath Tagore: “Cuando mi corazón calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando”, y así lo siento.
Hoy, cuando físicamente ya no está entre nosotros, todos escuchamos su silencio y yo, particularmente, siento su marcha (que no su muerte) hacia ese lugar que cuando Juan Pablo II reconoció que los de su especie tienen alma no dijo cual era su destino, con la congoja de quien ha perdido de vista a su mejor amigo y, a veces, hasta un enseñante.
En sus últimos días había perdido la visión; pero aún así corría, contento y dándose trompicones con muebles y esquinas, cada vez que un miembro de la familia, de su familia, le llamaba.
Su marcha deja un agridulce regusto de alameda en nuestros corazones; agrio por su marcha física y dulce por haberlo conocido y haber sido los receptores de su afecto.
Con nuestro amor y agradecimiento por todo lo que nos ha dado, ¡gracias Mimo! Siempre nos queda el recuerdo de el más cariñoso de los Fox-Terrier.
LOS CAMBIOS SOCIALES
LOS CAMBIOS SOCIALES
José R. Delfín
Hay un dicho referente a los cambios que se produce en cualquier ámbito de la vida que viene a decir eso de que todos los cambios son traumáticos, cosa que casi siempre es verdad, aunque en muchos de ellos el cambio solo haya traumatizado a aquellas personas que viven o quieren vivir del pasado y por el pasado.
Aún recuerdo cuando en la década de los años cincuenta del siglo XX las personas de más de cincuenta años al ver como una chica que, sin ser “cigarrera”-que era como se denominaban a las que trabajaban en la fábrica de tabaco- llevaba un cigarrillo entre los dedos las ponían de vuelta y media, pues, quitando a las cigarreras, todas aquellas mujeres que fumaban o eran unas cabareteras (en aquella época la denominación de cabaretera era para la masa social sinónimo de persona de moral más que dudosa) o tan cursis que querían imitar a las extranjeras esas de las películas, lo que conllevaría que esas mujeres llevaran una vida de lo más licenciosa, cosa que redundaría en un grave perjuicio moral para toda la sociedad. Más tarde, como todos sabemos, se puso de moda el que la mujer fumara…y no pasó nada.
También en aquellos tiempos, cuando una mujer soltera se quedaba embarazada la reputación de la misma era pisoteada, incluso por su propia familia, y era poco menos que arrojada de la casa de sus padres para no pasar por la vergüenza de que el día de mañana su nieto o nieta no supiera quien era su padre y que, por tanto, su madre fue un pendón desorejado. Hoy hay mujeres que incluso desean tener un hijo de soltera y continuar siendo soltera, sin importarle a nadie para nada lo que el día de mañana pueda pensar cualquiera sobre quien fue el padre del niño. Y, por supuesto, la sociedad ni se inmuta por ello. Ya no se le da importancia. Es más, hay hasta quien alaba tal hecho, por la valentía de sacar ella sola un hijo adelante.
Cuando en la escuela un alumno se comportaba de forma inadecuada, el profesor o la profesora le mandaba como castigo un suplemento a las tareas a realizar en casa; tareas que tenía que presentar en la mañana siguiente. Y si el alumno se ponía algo díscolo se le administraba la correspondiente colleja. Cundo se enteraban sus padres de lo sucedido al pequeño rebelde, además de recibir un suplemento a las collejas que le había dado su profesor, el castigo se incrementaba con una prohibición de salida con los amigos durante un tiempo; con dejar de percibir “la paga” semanal, con la supresión de los postres, o incluso con las tres “penas” a la vez.
Hoy, si un alumno hace la gamberrada que sea en el Centro de Estudios y a cualquier profesor se le ocurre darle una colleja o incluso gritarle, los padres se presentan en el colegio hecho unos basiliscos y le forman un buen pollo al docente. Eso en el mejor de los caso, pues si les da por presentar una denuncia…
Recuerdo que cierto día -allá por la década de los 70- el hijo de un amigo mío, con un tirachinas, hizo añicos el cristal delantero de un coche que estaba estacionado junto al portal de su casa, obviamente su padre, mi amigo, tras dar un par de bofetones al autor de la gamberrada, se hizo cargo del importe de la reparación -por cierto que el niño no volvió a rescindir y desde entonces fue un chico ejemplar, tanto en su comportamiento hacía los demás como en sus estudios. Actualmente el autor de la gamberrada está doctorado en medicina y ejerce como tal.
Si eso hubiera sucedido hoy no sería extraño que su padre, mi amigo, estuviera en prisión por maltratar a un menor y cabría la posibilidad de que su hijo, al carecer de una figura paterna que le marcara el camino a seguir, estuviera de botellón en botellón, o quemando un canuto tras otro; o vaya usted a saber cual habría sido su final.
Tal vez recuerden que las librerías apenas vendían libros –si exceptuamos los de textos, que tampoco eran muchos- y ello demostraba que la población apenas leía; hoy las ventas han aumentado de manera notable –ese es el cambio-; aunque haya veces en las cuales al entrar en algunos hogares observemos, en el salón principal de la casa, una estantería llena de ellos, tan nuevos y bien colocados que tienen la significativa apariencia de que nunca han sido leídos. Pero se venden más libros.
¿Y la cantidad de etiquetas que la sociedad les ponía a aquellas parejas que contraían matrimonio existiendo entre ellos una notable diferencia de edad?
En cambio hoy se ve como algo normal la diferencia de edad entre personas que viven como pareja, sin estar casados, ni por lo civil, ni por ninguna de las iglesias conocidas; o que incluso contraen matrimonio personas de un mismo sexo. Pues bien, no hace mucho tiempo un amigo me contó una historia (ficticia o verdadera, que eso nada importa para lo que se pretende) sobre una de estas parejas o matrimonios a los cuales por su diferencia de edad les tocó vivir el siguiente follón familiar, según el mismo contó:
“Tengo 24 años, y estoy casado con una viuda de 42, la cual tiene una hija de 25 años, que ahora también se ha convertido en mi hija. Mi padre se ha casado con esta última. Por lo tanto mi padre se ha convertido en mi yerno, puesto que se ha casado con mi hija. Por consiguiente, mi hija, que es también mi nuera, se ha convertido en mi madre, ya que es la esposa de mi padre.
Mi mujer y yo hemos tenido un hijo en enero. Este niño se ha convertido en el hermano de la mujer de mi padre, lo que equivale a ser el cuñado de mi padre. Como consecuencia, es ahora mi tío, puesto que es hermano de mi madre. Ahora bien, como hemos dicho, ya sabemos que mi hijo es también mi tío.
La mujer de mi padre ha tenido un niño, que es a la vez mi hermano, ya que es hijo de mi padre, y al mismo tiempo mi nieto, puesto que es hijo de la hija de mi mujer. Como resultado, soy ahora el hermano de mi nieto, y como ya sabemos que el marido de la madre de una persona es el padre de esta persona, resulta que soy padre de mi mujer, y hermano de mi hijo. Por consiguiente soy mi propio abuelo. Por esa causa, mi estado psíquico es inestable y preocupante, con trastornos mentales agravados por un clima familiar perturbador.”
Todo esto, por muy enrevesado que parezca, puede suceder.
Es la dinámica de una sociedad viva; el continuo cambio. Lo que hoy es malo mañana puede parecer bueno, o viceversa. La vida es la mejor y la más difícil tragicomedia.
Pero, aún sabiendo lo anterior, considero que lo más prudente es no hacer caso de ninguna historia de las que se cuentan -o puedan contarse- y aplicar aquello de amaros los unos a los otros, pero sin hacer distinción de casados o solteros; más joven o de más edad –que esas son cosas impuestas por la sociedad- y dejar que la convivencia evolucione. Lo más importante de todo es ser felices y vivir en paz y armonía. Si Dios quiere nuestra felicidad considero que lo contrario es como ir contra su propia Ley, o negar su existencia.
José R. Delfín
Hay un dicho referente a los cambios que se produce en cualquier ámbito de la vida que viene a decir eso de que todos los cambios son traumáticos, cosa que casi siempre es verdad, aunque en muchos de ellos el cambio solo haya traumatizado a aquellas personas que viven o quieren vivir del pasado y por el pasado.
Aún recuerdo cuando en la década de los años cincuenta del siglo XX las personas de más de cincuenta años al ver como una chica que, sin ser “cigarrera”-que era como se denominaban a las que trabajaban en la fábrica de tabaco- llevaba un cigarrillo entre los dedos las ponían de vuelta y media, pues, quitando a las cigarreras, todas aquellas mujeres que fumaban o eran unas cabareteras (en aquella época la denominación de cabaretera era para la masa social sinónimo de persona de moral más que dudosa) o tan cursis que querían imitar a las extranjeras esas de las películas, lo que conllevaría que esas mujeres llevaran una vida de lo más licenciosa, cosa que redundaría en un grave perjuicio moral para toda la sociedad. Más tarde, como todos sabemos, se puso de moda el que la mujer fumara…y no pasó nada.
También en aquellos tiempos, cuando una mujer soltera se quedaba embarazada la reputación de la misma era pisoteada, incluso por su propia familia, y era poco menos que arrojada de la casa de sus padres para no pasar por la vergüenza de que el día de mañana su nieto o nieta no supiera quien era su padre y que, por tanto, su madre fue un pendón desorejado. Hoy hay mujeres que incluso desean tener un hijo de soltera y continuar siendo soltera, sin importarle a nadie para nada lo que el día de mañana pueda pensar cualquiera sobre quien fue el padre del niño. Y, por supuesto, la sociedad ni se inmuta por ello. Ya no se le da importancia. Es más, hay hasta quien alaba tal hecho, por la valentía de sacar ella sola un hijo adelante.
Cuando en la escuela un alumno se comportaba de forma inadecuada, el profesor o la profesora le mandaba como castigo un suplemento a las tareas a realizar en casa; tareas que tenía que presentar en la mañana siguiente. Y si el alumno se ponía algo díscolo se le administraba la correspondiente colleja. Cundo se enteraban sus padres de lo sucedido al pequeño rebelde, además de recibir un suplemento a las collejas que le había dado su profesor, el castigo se incrementaba con una prohibición de salida con los amigos durante un tiempo; con dejar de percibir “la paga” semanal, con la supresión de los postres, o incluso con las tres “penas” a la vez.
Hoy, si un alumno hace la gamberrada que sea en el Centro de Estudios y a cualquier profesor se le ocurre darle una colleja o incluso gritarle, los padres se presentan en el colegio hecho unos basiliscos y le forman un buen pollo al docente. Eso en el mejor de los caso, pues si les da por presentar una denuncia…
Recuerdo que cierto día -allá por la década de los 70- el hijo de un amigo mío, con un tirachinas, hizo añicos el cristal delantero de un coche que estaba estacionado junto al portal de su casa, obviamente su padre, mi amigo, tras dar un par de bofetones al autor de la gamberrada, se hizo cargo del importe de la reparación -por cierto que el niño no volvió a rescindir y desde entonces fue un chico ejemplar, tanto en su comportamiento hacía los demás como en sus estudios. Actualmente el autor de la gamberrada está doctorado en medicina y ejerce como tal.
Si eso hubiera sucedido hoy no sería extraño que su padre, mi amigo, estuviera en prisión por maltratar a un menor y cabría la posibilidad de que su hijo, al carecer de una figura paterna que le marcara el camino a seguir, estuviera de botellón en botellón, o quemando un canuto tras otro; o vaya usted a saber cual habría sido su final.
Tal vez recuerden que las librerías apenas vendían libros –si exceptuamos los de textos, que tampoco eran muchos- y ello demostraba que la población apenas leía; hoy las ventas han aumentado de manera notable –ese es el cambio-; aunque haya veces en las cuales al entrar en algunos hogares observemos, en el salón principal de la casa, una estantería llena de ellos, tan nuevos y bien colocados que tienen la significativa apariencia de que nunca han sido leídos. Pero se venden más libros.
¿Y la cantidad de etiquetas que la sociedad les ponía a aquellas parejas que contraían matrimonio existiendo entre ellos una notable diferencia de edad?
En cambio hoy se ve como algo normal la diferencia de edad entre personas que viven como pareja, sin estar casados, ni por lo civil, ni por ninguna de las iglesias conocidas; o que incluso contraen matrimonio personas de un mismo sexo. Pues bien, no hace mucho tiempo un amigo me contó una historia (ficticia o verdadera, que eso nada importa para lo que se pretende) sobre una de estas parejas o matrimonios a los cuales por su diferencia de edad les tocó vivir el siguiente follón familiar, según el mismo contó:
“Tengo 24 años, y estoy casado con una viuda de 42, la cual tiene una hija de 25 años, que ahora también se ha convertido en mi hija. Mi padre se ha casado con esta última. Por lo tanto mi padre se ha convertido en mi yerno, puesto que se ha casado con mi hija. Por consiguiente, mi hija, que es también mi nuera, se ha convertido en mi madre, ya que es la esposa de mi padre.
Mi mujer y yo hemos tenido un hijo en enero. Este niño se ha convertido en el hermano de la mujer de mi padre, lo que equivale a ser el cuñado de mi padre. Como consecuencia, es ahora mi tío, puesto que es hermano de mi madre. Ahora bien, como hemos dicho, ya sabemos que mi hijo es también mi tío.
La mujer de mi padre ha tenido un niño, que es a la vez mi hermano, ya que es hijo de mi padre, y al mismo tiempo mi nieto, puesto que es hijo de la hija de mi mujer. Como resultado, soy ahora el hermano de mi nieto, y como ya sabemos que el marido de la madre de una persona es el padre de esta persona, resulta que soy padre de mi mujer, y hermano de mi hijo. Por consiguiente soy mi propio abuelo. Por esa causa, mi estado psíquico es inestable y preocupante, con trastornos mentales agravados por un clima familiar perturbador.”
Todo esto, por muy enrevesado que parezca, puede suceder.
Es la dinámica de una sociedad viva; el continuo cambio. Lo que hoy es malo mañana puede parecer bueno, o viceversa. La vida es la mejor y la más difícil tragicomedia.
Pero, aún sabiendo lo anterior, considero que lo más prudente es no hacer caso de ninguna historia de las que se cuentan -o puedan contarse- y aplicar aquello de amaros los unos a los otros, pero sin hacer distinción de casados o solteros; más joven o de más edad –que esas son cosas impuestas por la sociedad- y dejar que la convivencia evolucione. Lo más importante de todo es ser felices y vivir en paz y armonía. Si Dios quiere nuestra felicidad considero que lo contrario es como ir contra su propia Ley, o negar su existencia.
EL DESEO DE LA MAYORÍA
EL DESEO DE LA MAYORÍA
José R. Delfín
Estoy Seguro. La mayoría de los que han padecidos una Guerra Civil o de los que han nacido recién terminada la misma -que es otra forma de padecerla-, se encuentran en un estado que se podría denominar como “de hastío y de esperanza”. Hastío por la razón de que, prácticamente todos los días, vemos como se criminaliza a personas que no comparten los mismos puntos de vista sobre determinados actos realizados por otros, o el enfoque político de la otra parte; y esperanza por considerar que gracias a los actos de muchos de los loquinarios que existen en los partidos políticos -quienes destacan por la escasez de talento y por la abundancia de mal talante- se está logrando que los que están en política por altruismo, por creer que su aportación a la vida de sus conciudadanos redundará en beneficio de todos, sea cual sea la ideología política o religiosa, estén intentando que los profesionales de las poltronas se aprieten los machos y piensen en aquellas cosas que de verdad son buenas y necesarias para todos.
Es lamentable que puedan existir personas en cargos públicos –políticos en ejercicio- que no soporten las críticas de los que no están de acuerdo con su manera de entender lo que es gobernar, o con una determinada decisión y, por ello, encubiertamente, puedan poner barreras, trabas, o boicotear todos los acto o iniciativas que tengan aquellos que osen criticar el poder, aunque sean para el mayor enriquecimiento de todos los ciudadanos. Ya es hora de que el sentido común impere, pues “ni en dioses, reyes ni tribunos está el supremo salvador”.
Por otra parte están los que se consideran herederos de un pasado –terrible pasado- entre dictatorial y seudo teocrático y pretenden, basándose en falsas verdades, recobrar parte de esa herencia, para con ello tener más riquezas y poder. Pero, debido a la soberbia y al alto grado de vanidad que rigen sus vidas, no se dan cuenta de que en pleno siglo XXI sería absurdo pretender que el mundo se rija por una Teocracia, habida cuenta que nadie puede admitir que lo incognocible ordene la vida de cada cual, puesto que al ser incognocible nadie ha podido conocerlo para describirlo, ni tampoco para afirmar con la autoridad suficiente haber recibido unas determinadas instrucciones para conducir los destinos de la humanidad. Todo cuanto se dice es pura teoría; una leyenda, un mito. La leyenda puede ser muy bien intencionada, pero no por ello deja de ser el invento de una o varias personas para lograr un determinado objetivo o, simplemente, la transformación a través de los tiempos de una determinada realidad.
Vivimos en un tiempo en el que el nivel cultural medio nos es ni minimamente comparable al de hace tan solo cincuenta años y, además, en un Estado democrático. Pero cuidado, cuando un sistema no acepta las críticas y se dedica a tomar represalias de los críticos la lectura es fácil: El sistema no es democrático, es dictatorial, lo cual no contribuye lo más mínimo a que los ciudadanos, aunque con distinta manera de entender la política a emplear para el engrandecimiento económico y cultural y el bienestar social de la nación, dejen de tomar como referencia cualquier tiempo pasado y en cambio sirva de abono para que el resurgir de viejos resentimientos sea el fruto sociológico del árbol de la injusticia. Sería la reacción lógica a una acción ilógica en una sociedad democrática.
Aún se encuentran vivas personas que son convalecientes de las heridas del pasado, y descendientes de los mismos que han revivido junto a ellos los sufrimientos que padecieron, pero eso es algo que no ven –o no quieren ver- algunos gobernantes, pues con sus comportamientos parece que se empeñan en convertirlo en algo crónico. Esa es otra de las razones para que de nuevo me salga desde dentro del corazón el grito que ya os trasmití en el número 45 de Atman: ¡basta ya de cruces y de hoces!
En los tiempos que vivimos la mayoría de los seres humanos estamos convencidos de querer vivir en paz y democráticamente; pero no se puede predicar la Libertad y actuar como Dictadura.
Utilicemos más las enseñanzas de las antiguas filosofías. Esas que, en síntesis, son las que nos vienen a decir que debemos amarnos más los unos a los otros para, tal vez en otra dimensión, espacio o mundo, o con el transcurrir de los tiempos en éste en el que nos encontramos, comprobar la veracidad de las enseñanza de los Maestros y poder gozar de una convivencia en la cual la alegría y el amor sean las cosas que imperen sobre las demás.
Tal vez sea una utopía pero, por si las moscas, en cualquier caso, también nos queda la esperanza de que los votantes sean cada vez menos gentes de partidos y más de aceptar un programa afín a la mayoría de estas ideas.
José R. Delfín
Estoy Seguro. La mayoría de los que han padecidos una Guerra Civil o de los que han nacido recién terminada la misma -que es otra forma de padecerla-, se encuentran en un estado que se podría denominar como “de hastío y de esperanza”. Hastío por la razón de que, prácticamente todos los días, vemos como se criminaliza a personas que no comparten los mismos puntos de vista sobre determinados actos realizados por otros, o el enfoque político de la otra parte; y esperanza por considerar que gracias a los actos de muchos de los loquinarios que existen en los partidos políticos -quienes destacan por la escasez de talento y por la abundancia de mal talante- se está logrando que los que están en política por altruismo, por creer que su aportación a la vida de sus conciudadanos redundará en beneficio de todos, sea cual sea la ideología política o religiosa, estén intentando que los profesionales de las poltronas se aprieten los machos y piensen en aquellas cosas que de verdad son buenas y necesarias para todos.
Es lamentable que puedan existir personas en cargos públicos –políticos en ejercicio- que no soporten las críticas de los que no están de acuerdo con su manera de entender lo que es gobernar, o con una determinada decisión y, por ello, encubiertamente, puedan poner barreras, trabas, o boicotear todos los acto o iniciativas que tengan aquellos que osen criticar el poder, aunque sean para el mayor enriquecimiento de todos los ciudadanos. Ya es hora de que el sentido común impere, pues “ni en dioses, reyes ni tribunos está el supremo salvador”.
Por otra parte están los que se consideran herederos de un pasado –terrible pasado- entre dictatorial y seudo teocrático y pretenden, basándose en falsas verdades, recobrar parte de esa herencia, para con ello tener más riquezas y poder. Pero, debido a la soberbia y al alto grado de vanidad que rigen sus vidas, no se dan cuenta de que en pleno siglo XXI sería absurdo pretender que el mundo se rija por una Teocracia, habida cuenta que nadie puede admitir que lo incognocible ordene la vida de cada cual, puesto que al ser incognocible nadie ha podido conocerlo para describirlo, ni tampoco para afirmar con la autoridad suficiente haber recibido unas determinadas instrucciones para conducir los destinos de la humanidad. Todo cuanto se dice es pura teoría; una leyenda, un mito. La leyenda puede ser muy bien intencionada, pero no por ello deja de ser el invento de una o varias personas para lograr un determinado objetivo o, simplemente, la transformación a través de los tiempos de una determinada realidad.
Vivimos en un tiempo en el que el nivel cultural medio nos es ni minimamente comparable al de hace tan solo cincuenta años y, además, en un Estado democrático. Pero cuidado, cuando un sistema no acepta las críticas y se dedica a tomar represalias de los críticos la lectura es fácil: El sistema no es democrático, es dictatorial, lo cual no contribuye lo más mínimo a que los ciudadanos, aunque con distinta manera de entender la política a emplear para el engrandecimiento económico y cultural y el bienestar social de la nación, dejen de tomar como referencia cualquier tiempo pasado y en cambio sirva de abono para que el resurgir de viejos resentimientos sea el fruto sociológico del árbol de la injusticia. Sería la reacción lógica a una acción ilógica en una sociedad democrática.
Aún se encuentran vivas personas que son convalecientes de las heridas del pasado, y descendientes de los mismos que han revivido junto a ellos los sufrimientos que padecieron, pero eso es algo que no ven –o no quieren ver- algunos gobernantes, pues con sus comportamientos parece que se empeñan en convertirlo en algo crónico. Esa es otra de las razones para que de nuevo me salga desde dentro del corazón el grito que ya os trasmití en el número 45 de Atman: ¡basta ya de cruces y de hoces!
En los tiempos que vivimos la mayoría de los seres humanos estamos convencidos de querer vivir en paz y democráticamente; pero no se puede predicar la Libertad y actuar como Dictadura.
Utilicemos más las enseñanzas de las antiguas filosofías. Esas que, en síntesis, son las que nos vienen a decir que debemos amarnos más los unos a los otros para, tal vez en otra dimensión, espacio o mundo, o con el transcurrir de los tiempos en éste en el que nos encontramos, comprobar la veracidad de las enseñanza de los Maestros y poder gozar de una convivencia en la cual la alegría y el amor sean las cosas que imperen sobre las demás.
Tal vez sea una utopía pero, por si las moscas, en cualquier caso, también nos queda la esperanza de que los votantes sean cada vez menos gentes de partidos y más de aceptar un programa afín a la mayoría de estas ideas.
LAS AGRESIONES DE GÉNERO
LAS AGRESIONES DE GÉNERO
José R. Delfín
Aún cuando se sea de natural pacifico cuesta trabajo mantener la serenidad ante tantas agresiones como están recibiendo algunas personas del mal llamado sexo débil. No es ninguna atenuante –ni legal ni social- el que la agredida fuera quien iniciara la discusión o la situación que terminó en la agresión, pues al inicio de la controversia que propiciara la posterior ira siempre quedaba la salida de abandonar el lugar y, por supuesto, a la persona que con sus comprometedoras palabras o actos estuviera creando el clímax apropiado para que la otra parte perdiera los nervios y la agrediera; y de forma inmediata personarse en la comisaría más próxima para denunciar los hechos.
En cualquier caso, no es fácil erradicar este tipo de agresiones de la sociedad española, pues, nos guste o no, el matrimonio no deja de ser un convencionalismo contractual más, por mucho que parte de la sociedad se empeñe en camuflarlo con la religión o con la ley, y hay “contratantes” que se sienten defraudados porque “el genero” que contrató no resultó como él o ella esperaba o desearía que fuera. Y menos aún ahora, cuando España está siendo compartida por tantos hispanos-americanos que han venido a la madre patria en busca de un futuro mejor para ellos y para sus familias, pues con la llegada de estos se incorpora también a nuestra sociedad un machismo que está muy arraigado en las costumbres y tradiciones de los pueblos hispanos. Un machismo al que muchos varones confunden con que es sinónimo de hombría. Esa es parte de la herencia que los españoles les dejamos.
Este problema, como sociocultural que es, sólo puede ser erradicado de la faz de la tierra –al menos en una gran parte- por medios docentes, culturales y de costumbre.
El papel de la docencia es primordial para que las nuevas generaciones vean en el otro género a un igual, sea varón o hembra, de un color de piel o de otro, o que prefiera cualquier tipo de tendencia sexual o religiosa. Pero eso requiere tiempo. Mucho tiempo. Y en lo referente a la costumbre, la acción de la justicia debe endurecer las penas para que las personas en las cuales la tradición cultural de la “inferioridad de la mujer”, o la de que “esta mujer es mi esposa, novia o compañera y, por tanto, me pertenece” aún vive, cuando cometan un acto de los que se han dado en llamar agresión de género pasen muchos años de su vida en prisión, sin ningún tipo de beneficios de reducción de condena. Todo ello hasta que en las generaciones en las que el sentimiento de la igualdad de género sean el que prime. O lo que es lo mismo: Hasta que la sociedad en su conjunto sea conciente de que todos los que habitamos en este planeta llamado Tierra somos seres humanos iguales para todo, exceptuando las lógicas diferencias elementales propias para la continuidad de la especie.
Esto puede parecer una utopía pero, al fin y al cabo, son cosas mías.
(Obviamente queda excluido un problema imperecedero: La celopatía).
José R. Delfín
Aún cuando se sea de natural pacifico cuesta trabajo mantener la serenidad ante tantas agresiones como están recibiendo algunas personas del mal llamado sexo débil. No es ninguna atenuante –ni legal ni social- el que la agredida fuera quien iniciara la discusión o la situación que terminó en la agresión, pues al inicio de la controversia que propiciara la posterior ira siempre quedaba la salida de abandonar el lugar y, por supuesto, a la persona que con sus comprometedoras palabras o actos estuviera creando el clímax apropiado para que la otra parte perdiera los nervios y la agrediera; y de forma inmediata personarse en la comisaría más próxima para denunciar los hechos.
En cualquier caso, no es fácil erradicar este tipo de agresiones de la sociedad española, pues, nos guste o no, el matrimonio no deja de ser un convencionalismo contractual más, por mucho que parte de la sociedad se empeñe en camuflarlo con la religión o con la ley, y hay “contratantes” que se sienten defraudados porque “el genero” que contrató no resultó como él o ella esperaba o desearía que fuera. Y menos aún ahora, cuando España está siendo compartida por tantos hispanos-americanos que han venido a la madre patria en busca de un futuro mejor para ellos y para sus familias, pues con la llegada de estos se incorpora también a nuestra sociedad un machismo que está muy arraigado en las costumbres y tradiciones de los pueblos hispanos. Un machismo al que muchos varones confunden con que es sinónimo de hombría. Esa es parte de la herencia que los españoles les dejamos.
Este problema, como sociocultural que es, sólo puede ser erradicado de la faz de la tierra –al menos en una gran parte- por medios docentes, culturales y de costumbre.
El papel de la docencia es primordial para que las nuevas generaciones vean en el otro género a un igual, sea varón o hembra, de un color de piel o de otro, o que prefiera cualquier tipo de tendencia sexual o religiosa. Pero eso requiere tiempo. Mucho tiempo. Y en lo referente a la costumbre, la acción de la justicia debe endurecer las penas para que las personas en las cuales la tradición cultural de la “inferioridad de la mujer”, o la de que “esta mujer es mi esposa, novia o compañera y, por tanto, me pertenece” aún vive, cuando cometan un acto de los que se han dado en llamar agresión de género pasen muchos años de su vida en prisión, sin ningún tipo de beneficios de reducción de condena. Todo ello hasta que en las generaciones en las que el sentimiento de la igualdad de género sean el que prime. O lo que es lo mismo: Hasta que la sociedad en su conjunto sea conciente de que todos los que habitamos en este planeta llamado Tierra somos seres humanos iguales para todo, exceptuando las lógicas diferencias elementales propias para la continuidad de la especie.
Esto puede parecer una utopía pero, al fin y al cabo, son cosas mías.
(Obviamente queda excluido un problema imperecedero: La celopatía).
...PERO NO TE HAS IDO.
A Fernando Quiñones
In Memoriam
…pero no te has ido
José R. Delfín
Fernando, este verano estuve pasando unos días en Cádiz y para ir a la calle Santa Lucía, bajé por Rosario Cepeda, -esa calle de dos cuestas, la que parte o termina en la calle Benjumeda y la que, tras ser cortada por la calle Sacramento, si te descuida un poco te lleva hasta el mismo borde de la capilla del Hospital de Mujeres- y al pasar ante la que había sido tu casa me vino a la memoria casos y cosas del pasado, de ese tramo de edad en la que no se es ni niño, ni adolescente, ni hombre, pero que es la edad en la que las vivencias te marcan el subconsciente y, como no podía ser de otra manera, allí estabas tu, formando parte de ese importante periodo de mi vida. Eso me lleva a decirte algunas cosillas que, como homenaje a tu persona, creo tener la obligación de decir:
Aún no toqué con mis manos la escultura que los gaditanos mandaron esculpir en tu recuerdo, aunque la conozco, y, te diré la verdad, cuando la miré tuve que fijarme mucho, remirarla, para poder verte en ella. A primera vista –o por mejor decir, a primera mirada- parecía otro Fernando: más viejo, más cansado y más gordo, que no grueso, que eso suena a cursi y a ti no te gustaban las cursilerías. Pero, en honor a la verdad, tengo que decir que en el conjunto de la obra escultórica su autor había sabido captar todo el espíritu caletero que en ti vivía.
Recuerdo la última vez que estuvimos juntos: fue en el bar Merodio –la antigua Adela-, en la Plaza de la Libertad (con ese nombre era lógico que nos encontrásemos allí, pues la libertad para todos era una de tus principales luchas, por no decir la principal), frente a la puerta de la vieja Plaza de Abasto; esa puerta que a su derecha, según se sale, está flaqueada por los vetustos puestos de churros, y a su izquierda, los domingos, por los tradicionales “baratillos” que en el suelo exponen los desechos de mejores épocas. Al frente El Cuco y la calle Santa Lucía.
No me di cuenta de que estabas allí, apoyado en la esquina en la que finalizaba la barra, el mostrador, dominándolo todo, pues tu figura era ocultada por las de otros parroquianos; y tu voz, tu inconfundible voz, era a su vez tapada por el ruido de otras voces que más que conversar se gritaban. Y fue entonces cuando me viste y me llamaste. Nos abrazamos y, por narices, (que no es de buen gusto decir “por huevos”, que fue lo que tu me dijiste) nos tomamos juntos un par de finos, mientras mi tío –que por cierto se fue antes que tu hacia ese lugar que los que aún estamos aquí no sabemos donde se encuentra- y mi primo Pepe esperaron, pacientes y bebientes, hasta la casi una hora que duró nuestra salutación, en la que estuvieron presente algunas de nuestras pasadas vivencias.
Me abroncaste, dulce y socarronamente; pero me abroncaste. Porque, según tu, yo no escribía todo lo que tenía que escribir; y me apostillabas que entre el tiempo que me quitaba “mi otro trabajo” (no podías negar, ni tampoco te esforzabas mucho en disimularlo, que mi otro trabajo no te gustaba ni una miaja) y qué lo que escribía casi siempre lo hacía utilizando seudónimo o para otros, apenas publicaba nada… Pero, Fernando, para escribir todos los días y para ganar premios estabas tú: un gaditano nacido en Chiclana de la frontera que paseaba por el mundo el nombre de Cádiz, de tu Cai, y que iba coleccionando premios literarios. El Primero de ellos –de los llamados importante, al menos que yo recuerde- fue en Buenos Aires, en el año 1.960 (1), más tarde otros. Los más conocidos fueron en los años 1.979 (2) y 1.983 (3). En los dos últimos te pusieron en el segundo lugar del famoso y económicamente bien dotado Premio Planeta, y escribo te pusieron porque, según se decía, en realidad fuiste el verdadero ganador de los premios, el número uno, pues los otros, los que figuraban como ganadores, ya lo habían ganado antes de empezar la obra que presentarían al certamen, pues tanto los temas como los títulos eran escritos por encargo de la editorial patrocinadora, por eso de las Cuentas de Resultados de las empresas y -¿por qué no decirlo?- por la poco boyante situación dineraria de más de un ilustre negro, gracias a los cuales aparecen “nuevos valores” de los que apenas se oye hablar más tarde. Y mucho menos leer, pues sus plumas siguen estando como siempre estuvieron: secas de inspiración literaria.
No se suele hablar mucho, por ser menos conocida por el lector medio, del resto de tu obra: “Retratos violentos “, “Cercanía de la gracia”, “En vida”, “Ascanio”, “La visita”, obra esta que se puede considerar como tu testamento literario, “El viejo país”, “Historias de la Argentina”, “Nos han dejado solo” o “El coro a dos voces: una novela en relatos”, que no se trata de una autobiografía al uso; más bien es algo así como lo que Doubrovsky denomina como autoficción(4);algo no opuesto a la autobiografía, según define el crítico, sino que es una variante o una astuta filigrana por tu parte para hacernos llegar el aspecto más sustancial de tus experiencias, y que es una auténtica obra maestra de la literatura del siglo XX. No es necesario comentar nada sobre “Las crónicas del mar y tierra”, “Las crónicas de Rosemont”, “Encierro y fuga de San Juan de Aquitania” (5) etc., todo ello sin nombrar las series publicada en distintos periódicos, entre ellas la que titulaste “Las mijitas del freidor”, expresión gaditana donde las hayas, con la que tu te sentía especialmente satisfecho. Pero no trato de glorificar al escritor; pretendo, Fernando, recordarte –que saber bien que lo sabes- que los amigos de FQ –no solo del autor, librepensador y libertario- que aún estamos aquí queremos salvar las insalvables distancias –expresión muy tuya- del tiempo y del espacio para decirte que no te has ido; que en tu obra está presente casi todo aquello en lo que tu creías, y que tu espíritu está repartido, esperándonos a tus amigos, entre la Caleta y el Carnaval.
Un fuerte abrazo, querido y admirado amigo. Espero que, en el lugar donde estés, leas con el mismo afecto con que yo te las escribo estas cosas mías.
NOTAS
(1) Premio de relatos “La Nación” de Buenos Aires con “La gran temporada”.
(2) “Las mil noches de Hortensia Romero”
(3) “La canción del pirata”
(4) El término lo empleó S. Doubrovsky en el año 1.977 para dar nombre a una narración cuyo protagonista tiene el mismo nombre y apellidos que el autor y, además, todos los datos atribuidos al personaje son históricos y fácilmente comprobables, si bien el autodiscurso se ensambla en una pirueta lingüística que lo aparta del enunciado autobiográfico.
(5) Premio Café Gijón.
In Memoriam
…pero no te has ido
José R. Delfín
Fernando, este verano estuve pasando unos días en Cádiz y para ir a la calle Santa Lucía, bajé por Rosario Cepeda, -esa calle de dos cuestas, la que parte o termina en la calle Benjumeda y la que, tras ser cortada por la calle Sacramento, si te descuida un poco te lleva hasta el mismo borde de la capilla del Hospital de Mujeres- y al pasar ante la que había sido tu casa me vino a la memoria casos y cosas del pasado, de ese tramo de edad en la que no se es ni niño, ni adolescente, ni hombre, pero que es la edad en la que las vivencias te marcan el subconsciente y, como no podía ser de otra manera, allí estabas tu, formando parte de ese importante periodo de mi vida. Eso me lleva a decirte algunas cosillas que, como homenaje a tu persona, creo tener la obligación de decir:
Aún no toqué con mis manos la escultura que los gaditanos mandaron esculpir en tu recuerdo, aunque la conozco, y, te diré la verdad, cuando la miré tuve que fijarme mucho, remirarla, para poder verte en ella. A primera vista –o por mejor decir, a primera mirada- parecía otro Fernando: más viejo, más cansado y más gordo, que no grueso, que eso suena a cursi y a ti no te gustaban las cursilerías. Pero, en honor a la verdad, tengo que decir que en el conjunto de la obra escultórica su autor había sabido captar todo el espíritu caletero que en ti vivía.
Recuerdo la última vez que estuvimos juntos: fue en el bar Merodio –la antigua Adela-, en la Plaza de la Libertad (con ese nombre era lógico que nos encontrásemos allí, pues la libertad para todos era una de tus principales luchas, por no decir la principal), frente a la puerta de la vieja Plaza de Abasto; esa puerta que a su derecha, según se sale, está flaqueada por los vetustos puestos de churros, y a su izquierda, los domingos, por los tradicionales “baratillos” que en el suelo exponen los desechos de mejores épocas. Al frente El Cuco y la calle Santa Lucía.
No me di cuenta de que estabas allí, apoyado en la esquina en la que finalizaba la barra, el mostrador, dominándolo todo, pues tu figura era ocultada por las de otros parroquianos; y tu voz, tu inconfundible voz, era a su vez tapada por el ruido de otras voces que más que conversar se gritaban. Y fue entonces cuando me viste y me llamaste. Nos abrazamos y, por narices, (que no es de buen gusto decir “por huevos”, que fue lo que tu me dijiste) nos tomamos juntos un par de finos, mientras mi tío –que por cierto se fue antes que tu hacia ese lugar que los que aún estamos aquí no sabemos donde se encuentra- y mi primo Pepe esperaron, pacientes y bebientes, hasta la casi una hora que duró nuestra salutación, en la que estuvieron presente algunas de nuestras pasadas vivencias.
Me abroncaste, dulce y socarronamente; pero me abroncaste. Porque, según tu, yo no escribía todo lo que tenía que escribir; y me apostillabas que entre el tiempo que me quitaba “mi otro trabajo” (no podías negar, ni tampoco te esforzabas mucho en disimularlo, que mi otro trabajo no te gustaba ni una miaja) y qué lo que escribía casi siempre lo hacía utilizando seudónimo o para otros, apenas publicaba nada… Pero, Fernando, para escribir todos los días y para ganar premios estabas tú: un gaditano nacido en Chiclana de la frontera que paseaba por el mundo el nombre de Cádiz, de tu Cai, y que iba coleccionando premios literarios. El Primero de ellos –de los llamados importante, al menos que yo recuerde- fue en Buenos Aires, en el año 1.960 (1), más tarde otros. Los más conocidos fueron en los años 1.979 (2) y 1.983 (3). En los dos últimos te pusieron en el segundo lugar del famoso y económicamente bien dotado Premio Planeta, y escribo te pusieron porque, según se decía, en realidad fuiste el verdadero ganador de los premios, el número uno, pues los otros, los que figuraban como ganadores, ya lo habían ganado antes de empezar la obra que presentarían al certamen, pues tanto los temas como los títulos eran escritos por encargo de la editorial patrocinadora, por eso de las Cuentas de Resultados de las empresas y -¿por qué no decirlo?- por la poco boyante situación dineraria de más de un ilustre negro, gracias a los cuales aparecen “nuevos valores” de los que apenas se oye hablar más tarde. Y mucho menos leer, pues sus plumas siguen estando como siempre estuvieron: secas de inspiración literaria.
No se suele hablar mucho, por ser menos conocida por el lector medio, del resto de tu obra: “Retratos violentos “, “Cercanía de la gracia”, “En vida”, “Ascanio”, “La visita”, obra esta que se puede considerar como tu testamento literario, “El viejo país”, “Historias de la Argentina”, “Nos han dejado solo” o “El coro a dos voces: una novela en relatos”, que no se trata de una autobiografía al uso; más bien es algo así como lo que Doubrovsky denomina como autoficción(4);algo no opuesto a la autobiografía, según define el crítico, sino que es una variante o una astuta filigrana por tu parte para hacernos llegar el aspecto más sustancial de tus experiencias, y que es una auténtica obra maestra de la literatura del siglo XX. No es necesario comentar nada sobre “Las crónicas del mar y tierra”, “Las crónicas de Rosemont”, “Encierro y fuga de San Juan de Aquitania” (5) etc., todo ello sin nombrar las series publicada en distintos periódicos, entre ellas la que titulaste “Las mijitas del freidor”, expresión gaditana donde las hayas, con la que tu te sentía especialmente satisfecho. Pero no trato de glorificar al escritor; pretendo, Fernando, recordarte –que saber bien que lo sabes- que los amigos de FQ –no solo del autor, librepensador y libertario- que aún estamos aquí queremos salvar las insalvables distancias –expresión muy tuya- del tiempo y del espacio para decirte que no te has ido; que en tu obra está presente casi todo aquello en lo que tu creías, y que tu espíritu está repartido, esperándonos a tus amigos, entre la Caleta y el Carnaval.
Un fuerte abrazo, querido y admirado amigo. Espero que, en el lugar donde estés, leas con el mismo afecto con que yo te las escribo estas cosas mías.
NOTAS
(1) Premio de relatos “La Nación” de Buenos Aires con “La gran temporada”.
(2) “Las mil noches de Hortensia Romero”
(3) “La canción del pirata”
(4) El término lo empleó S. Doubrovsky en el año 1.977 para dar nombre a una narración cuyo protagonista tiene el mismo nombre y apellidos que el autor y, además, todos los datos atribuidos al personaje son históricos y fácilmente comprobables, si bien el autodiscurso se ensambla en una pirueta lingüística que lo aparta del enunciado autobiográfico.
(5) Premio Café Gijón.
DESDRAMATIZAR
DESDRAMATIZAR
José R. Delfín
Está demostrado que cuando la vida nos somete a vaivenes que hacen que hasta las más íntimas de nuestras convicciones estén a punto de perder la firmeza que hasta entonces sentíamos es cuando hay que hacer de tripas corazón, como se suele decir, y tratar de desdramatizar el asunto que nos preocupe, para tratar de verlo con mayor lucidez, sin miedos. Pero lo malo de llevar a cabo dicho sistema es que no todas las personas con las cuales se quiere emplear dicha táctica para desbloquear la mente son capaces de entender lo que con ello se pretende. Es más, la mayor de las veces, tanto la persona o personas que necesitan y para los que se emplean el método –e incluso la mayoría de los que están a su alrededor- confunden lo que se ha dado en llamar desdramatizar con que la persona que así actúa lo hace por trivialidad, porque, según ellos, no se da cuenta de los momentos tan angustiosos por los que está pasando esa o esas personas; y ello conlleva que quien intenta prestar su ayuda de una manera menos corriente de lo normal –por no decir eso de más inteligente-, al ser mal interpretado puede ser vilipendiado y tachado de chufla o de informal ante todos los que lo quieran oír. ¡Y todo porque no han sido capaces de entender que esa es sólo una forma de actuación premeditada para lograr minimizar, aunque sea de forma momentánea, el dolor, la angustia o la presión que en esos momentos se está padeciendo!
La desdramatización es, en si misma, una de las mejores formas para ver la realidad que nos rodea. Ese sistema oculta, como si de un grueso muro se tratara, todo aquello que enturbia la visión de la mente: el dolor, la ansiedad, la ira, la inquietud el miedo; y es entonces, cuando los factores que se oponían a que la realidad fuese visionada con claridad, con la claridad diáfana con que se ven las cosas cuando no se está condicionado por nada ni por nadie, cuando la medicina hace sentir sus efectos benéficos; cuando se comienza a sacar partido de esa otra realidad que se nos estaba ocultando por la irrealidad de otros factores que, por el contrario, nos hacían sumir en un estado de depresión o de angustia del cual nada positivo podíamos obtener.
Por esa razón hay que desdramatizar; quitarle importancia a todo aquello que nos preocupe en demasía; hacer que lo concreto destaque sobre lo abstracto y que lo real se sitúe en el lugar donde siempre debió estar: en el primer plano de nuestra vida.
Esa es la razón por la que yo, aunque en algunos casos corra el riesgo de que me puedan poner la etiqueta de trivial, prefiero desdramatizar antes que verme cegado por unos sentimientos que en nada ayudaran a invertir la realidad presente. Es preferible utilizar la fórmulas de “si tiene solución soluciónalo, y si no la tiene acéptalo”, que estar inmerso en un mar de angustia que solo puede llevarte a la desesperación y, por tanto, a crear a su vez nuevos males y preocupaciones.
Desdramaticemos el presente y luchemos por un futuro que nos haga más apacibles, más tranquilos y más solidarios con los demás.
Desdramatizando seguro que seremos más felices… ¿o son cosas mías?
José R. Delfín
Está demostrado que cuando la vida nos somete a vaivenes que hacen que hasta las más íntimas de nuestras convicciones estén a punto de perder la firmeza que hasta entonces sentíamos es cuando hay que hacer de tripas corazón, como se suele decir, y tratar de desdramatizar el asunto que nos preocupe, para tratar de verlo con mayor lucidez, sin miedos. Pero lo malo de llevar a cabo dicho sistema es que no todas las personas con las cuales se quiere emplear dicha táctica para desbloquear la mente son capaces de entender lo que con ello se pretende. Es más, la mayor de las veces, tanto la persona o personas que necesitan y para los que se emplean el método –e incluso la mayoría de los que están a su alrededor- confunden lo que se ha dado en llamar desdramatizar con que la persona que así actúa lo hace por trivialidad, porque, según ellos, no se da cuenta de los momentos tan angustiosos por los que está pasando esa o esas personas; y ello conlleva que quien intenta prestar su ayuda de una manera menos corriente de lo normal –por no decir eso de más inteligente-, al ser mal interpretado puede ser vilipendiado y tachado de chufla o de informal ante todos los que lo quieran oír. ¡Y todo porque no han sido capaces de entender que esa es sólo una forma de actuación premeditada para lograr minimizar, aunque sea de forma momentánea, el dolor, la angustia o la presión que en esos momentos se está padeciendo!
La desdramatización es, en si misma, una de las mejores formas para ver la realidad que nos rodea. Ese sistema oculta, como si de un grueso muro se tratara, todo aquello que enturbia la visión de la mente: el dolor, la ansiedad, la ira, la inquietud el miedo; y es entonces, cuando los factores que se oponían a que la realidad fuese visionada con claridad, con la claridad diáfana con que se ven las cosas cuando no se está condicionado por nada ni por nadie, cuando la medicina hace sentir sus efectos benéficos; cuando se comienza a sacar partido de esa otra realidad que se nos estaba ocultando por la irrealidad de otros factores que, por el contrario, nos hacían sumir en un estado de depresión o de angustia del cual nada positivo podíamos obtener.
Por esa razón hay que desdramatizar; quitarle importancia a todo aquello que nos preocupe en demasía; hacer que lo concreto destaque sobre lo abstracto y que lo real se sitúe en el lugar donde siempre debió estar: en el primer plano de nuestra vida.
Esa es la razón por la que yo, aunque en algunos casos corra el riesgo de que me puedan poner la etiqueta de trivial, prefiero desdramatizar antes que verme cegado por unos sentimientos que en nada ayudaran a invertir la realidad presente. Es preferible utilizar la fórmulas de “si tiene solución soluciónalo, y si no la tiene acéptalo”, que estar inmerso en un mar de angustia que solo puede llevarte a la desesperación y, por tanto, a crear a su vez nuevos males y preocupaciones.
Desdramaticemos el presente y luchemos por un futuro que nos haga más apacibles, más tranquilos y más solidarios con los demás.
Desdramatizando seguro que seremos más felices… ¿o son cosas mías?
¡¡COMO ESTÁ EL AYUNTAMIENTO DE CÁCERES!!
¡¡COMO ESTÁ EL AYUNTAMIENTO DE CÁCERES!!
José R. Delfín
Aunque a Felipe Vela le gusta Santiago Pavón lo mismo que a un niño un purgante, asegura que no peligra la alcaldía de Carmen Heras, pero dice que “no vamos a seguir con Pavón, por el bien de la ciudad”. O lo que es lo mismo, que en cualquier momento puede dejar en manos del PP. la toma de cualquier decisión que el gobierno municipal consideré de gran interés para los ciudadanos y que no sea de su agrado.
Ante todo lo que está pasando se puede hacer el chiste de que “cada palo aguante su vela”, o la fácil reflexión de que si ya es difícil un gobierno bipartito cuanto más uno tripartito, para el cual se requiere, como mínimo, poseer un buen talante, una excelente mano izquierda y grandes dosis de sentido común, amén de la inteligencia que se supone debe tener cualquier mandatari@. Pero habida cuenta que el asunto es bastante comprometido para la estabilidad de la regiduría municipal, es de necio no querer ver lo indubitable: El ayuntamiento de Cáceres está en la cuerda floja, pues el tripartito compuesto por el PSOE, IU y Foro Ciudadano no termina de encajar. Bien sea por Heras, Pavón o por Vela, resulta raro el día que no hay alguna movida dentro de la Casa Consistorial cacereña.
Lo peor de todo este mal rollo es que los ciudadanos se preguntan que qué es lo que pasa; que qué es lo que se oculta tras los desencuentros; que si tras los mismos existen intereses espureos…
En fin, que la situación puede reventar cualquier día y Cáceres cambiar de rumbo para alegría del PP, que de esa manera vería “tapada” ante los ciudadanos, por las primeras planas de la prensa regional, la deuda municipal que dejó tras su mandato y que asciende a la nada despreciable suma de mas de tres millones de euros; y de paso el asunto de los supuestos espionajes, de los hasta ahora supuestos corruptos y, quien sabe, si de cualquier otra “cosilla” más que pudiera salir a lo largo y ancho de nuestra piel de toro, incluida la región extremeña.
Pero digamos como se dice en el mundillo taurino: que Dios reparta suerte
José R. Delfín
Aunque a Felipe Vela le gusta Santiago Pavón lo mismo que a un niño un purgante, asegura que no peligra la alcaldía de Carmen Heras, pero dice que “no vamos a seguir con Pavón, por el bien de la ciudad”. O lo que es lo mismo, que en cualquier momento puede dejar en manos del PP. la toma de cualquier decisión que el gobierno municipal consideré de gran interés para los ciudadanos y que no sea de su agrado.
Ante todo lo que está pasando se puede hacer el chiste de que “cada palo aguante su vela”, o la fácil reflexión de que si ya es difícil un gobierno bipartito cuanto más uno tripartito, para el cual se requiere, como mínimo, poseer un buen talante, una excelente mano izquierda y grandes dosis de sentido común, amén de la inteligencia que se supone debe tener cualquier mandatari@. Pero habida cuenta que el asunto es bastante comprometido para la estabilidad de la regiduría municipal, es de necio no querer ver lo indubitable: El ayuntamiento de Cáceres está en la cuerda floja, pues el tripartito compuesto por el PSOE, IU y Foro Ciudadano no termina de encajar. Bien sea por Heras, Pavón o por Vela, resulta raro el día que no hay alguna movida dentro de la Casa Consistorial cacereña.
Lo peor de todo este mal rollo es que los ciudadanos se preguntan que qué es lo que pasa; que qué es lo que se oculta tras los desencuentros; que si tras los mismos existen intereses espureos…
En fin, que la situación puede reventar cualquier día y Cáceres cambiar de rumbo para alegría del PP, que de esa manera vería “tapada” ante los ciudadanos, por las primeras planas de la prensa regional, la deuda municipal que dejó tras su mandato y que asciende a la nada despreciable suma de mas de tres millones de euros; y de paso el asunto de los supuestos espionajes, de los hasta ahora supuestos corruptos y, quien sabe, si de cualquier otra “cosilla” más que pudiera salir a lo largo y ancho de nuestra piel de toro, incluida la región extremeña.
Pero digamos como se dice en el mundillo taurino: que Dios reparta suerte
EL ALCALDE DE BADAJOZ Y LA "CATOLICINA"
EL ALCALDE DE BADAJOZ Y LA “CATOLICINA”
José R. Delfín
Una de las razones de que en política hay que actuar con la razón y no con el corazón es que mientras que con la primera se enfoca el asunto según las realidades y, por tanto, se barajan las soluciones que verdaderamente se puedan aplicar en esos instantes, con la segunda, con el corazón, no dejar de ser una cuestión de sentimientos, poco concretos en cuanto a su fiabilidad, habida cuenta que, la mayoría de las veces, los sentimientos son un acto de fe y, dado que la fe es algo intangible, no se pueden mostrar para comparar con el poseedor o poseedores de otra fe para valorar su verdadera razón. Es por ello que cuando se toman decisiones basándose en algo tan inmaterial como son los sentimientos, se corre el riesgo de cometer actos injustos. Cosa que sucede con demasiada frecuencia.
Una prueba de lo manifestado más arriba es lo que está sucediendo en Badajoz y cuyo principal protagonista es su Alcalde, Miguel Ángel Celdrán, militante destacado del PP, quien, según parece, en ciertas actuaciones antepone el Catecismo del Padre Ripalda a las más elementales normas de ciudadanía democrática. Me explico: El bibliotecario que trabajaba en la Biblioteca Municipal ubicada en el pacense barrio de Cerro de Reyes sufrió una agresión por parte de unos vándalos y, en vez de salvaguardar la seguridad del empleado municipal con la presencia de un Guardia de Seguridad, o por cualquier otro medio, cierra la Biblioteca y la traslada a una sala de la Parroquia de “Jesús Obrero”. Digo yo que será para que “los santos” representados en la misma salven de futuras agresiones al encargado de la Biblioteca y, de paso, para que los lectores recen un padrenuestro y un Rosario por la salvación de los vándalos. ¡Eso es fe! Pero seguimos:
En una reunión mantenida con el Presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, este le comenta al pío alcalde de Badajoz, la conveniencia, por el bien de todos los extremeños y el buen nombre de los políticos, de que todos los cargos públicos de nuestra región se rijan por un Código de Buenas Prácticas, a lo que tan “religioso” señor responde que “el mejor código es el que los padres enseñan a los hijos en sus casas”. Ante tamaño despropósito no tengo más remedio que preguntarme: ¿Qué es lo que pasará cuando un cargo público proceda de un ambiente familiar de los llamados difícil? ¿Se debe regir por el mismo código que padeció en su infancia o, por el contrario, atenerse a los mandatos de nuestra Constitución? ¿Tal vez pedirle al santo Patrono de la ciudad que le guíe?
Y, para terminar, tengo que recordar el merecido homenaje que los pacences rindieron al mejor alcalde de toda la historia de Badajoz: Manuel Rojas Torres. Un hombre que se entregó por completo a la defensa de todos los habitantes de su ciudad, sin tener en cuenta a que partido político pertenecía, ni a quien votaba. Era el Alcalde de todos y para todos. Entre sus logros, está -y perdurará hasta que los pacences “del pueblo llano” quieran- el que su carnaval sea conocido en toda España y que sea considerado como los mejores de nuestra península, -detrás de los de Cádiz, de donde bebió-, con el significado económico y publicitario que ello significa para la ciudad; y, lo que todavía es más importante: el cambio social y físico que, aún hoy, goza la ciudad y que los “peperos” parecen empeñados en cargarse. Pero no escribo sobre Rojas solo por recordar lo mucho y bueno que hizo por la ciudad fronteriza. No. Lo hago, además, por recordar a los pacences que Miguel Angel Celdrán, el actual alcalde, no tuvo la delicadeza de asistir a los actos de quien fue un verdadero benefactor para toda la ciudadanía. Su excusa fue “que era un acto de partido”. Pobre excusa. Máxime teniendo en cuenta que Rojas, si era necesario, se enfrentaba al partido que tanto amaba, “su partido” por defender aquello que creía era bueno para su ciudad y sus conciudadanos. Pero lo que riza el rizo es que, tras las declaraciones que hizo Celdrán, referente a que era un acto de partido, recordó –y lo dijo públicamente- que Roja y él fueron “amigos de toda la vida”. Extraño sentido de la amistad y del agradecimiento hacia quien tanto había hecho por Badajoz.
Cosas como las que anteceden pueden dar la impresión de que el código genético del alcalde de Badajoz puede haber sido alterado por esa “droga” que posiblemente le inculcaron desde pequeñito y que yo denomino como “catolicina”. En cualquier caso, que su Dios le perdone y, de paso, que proteja a todos los habitantes de Badajoz.
José R. Delfín
Una de las razones de que en política hay que actuar con la razón y no con el corazón es que mientras que con la primera se enfoca el asunto según las realidades y, por tanto, se barajan las soluciones que verdaderamente se puedan aplicar en esos instantes, con la segunda, con el corazón, no dejar de ser una cuestión de sentimientos, poco concretos en cuanto a su fiabilidad, habida cuenta que, la mayoría de las veces, los sentimientos son un acto de fe y, dado que la fe es algo intangible, no se pueden mostrar para comparar con el poseedor o poseedores de otra fe para valorar su verdadera razón. Es por ello que cuando se toman decisiones basándose en algo tan inmaterial como son los sentimientos, se corre el riesgo de cometer actos injustos. Cosa que sucede con demasiada frecuencia.
Una prueba de lo manifestado más arriba es lo que está sucediendo en Badajoz y cuyo principal protagonista es su Alcalde, Miguel Ángel Celdrán, militante destacado del PP, quien, según parece, en ciertas actuaciones antepone el Catecismo del Padre Ripalda a las más elementales normas de ciudadanía democrática. Me explico: El bibliotecario que trabajaba en la Biblioteca Municipal ubicada en el pacense barrio de Cerro de Reyes sufrió una agresión por parte de unos vándalos y, en vez de salvaguardar la seguridad del empleado municipal con la presencia de un Guardia de Seguridad, o por cualquier otro medio, cierra la Biblioteca y la traslada a una sala de la Parroquia de “Jesús Obrero”. Digo yo que será para que “los santos” representados en la misma salven de futuras agresiones al encargado de la Biblioteca y, de paso, para que los lectores recen un padrenuestro y un Rosario por la salvación de los vándalos. ¡Eso es fe! Pero seguimos:
En una reunión mantenida con el Presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, este le comenta al pío alcalde de Badajoz, la conveniencia, por el bien de todos los extremeños y el buen nombre de los políticos, de que todos los cargos públicos de nuestra región se rijan por un Código de Buenas Prácticas, a lo que tan “religioso” señor responde que “el mejor código es el que los padres enseñan a los hijos en sus casas”. Ante tamaño despropósito no tengo más remedio que preguntarme: ¿Qué es lo que pasará cuando un cargo público proceda de un ambiente familiar de los llamados difícil? ¿Se debe regir por el mismo código que padeció en su infancia o, por el contrario, atenerse a los mandatos de nuestra Constitución? ¿Tal vez pedirle al santo Patrono de la ciudad que le guíe?
Y, para terminar, tengo que recordar el merecido homenaje que los pacences rindieron al mejor alcalde de toda la historia de Badajoz: Manuel Rojas Torres. Un hombre que se entregó por completo a la defensa de todos los habitantes de su ciudad, sin tener en cuenta a que partido político pertenecía, ni a quien votaba. Era el Alcalde de todos y para todos. Entre sus logros, está -y perdurará hasta que los pacences “del pueblo llano” quieran- el que su carnaval sea conocido en toda España y que sea considerado como los mejores de nuestra península, -detrás de los de Cádiz, de donde bebió-, con el significado económico y publicitario que ello significa para la ciudad; y, lo que todavía es más importante: el cambio social y físico que, aún hoy, goza la ciudad y que los “peperos” parecen empeñados en cargarse. Pero no escribo sobre Rojas solo por recordar lo mucho y bueno que hizo por la ciudad fronteriza. No. Lo hago, además, por recordar a los pacences que Miguel Angel Celdrán, el actual alcalde, no tuvo la delicadeza de asistir a los actos de quien fue un verdadero benefactor para toda la ciudadanía. Su excusa fue “que era un acto de partido”. Pobre excusa. Máxime teniendo en cuenta que Rojas, si era necesario, se enfrentaba al partido que tanto amaba, “su partido” por defender aquello que creía era bueno para su ciudad y sus conciudadanos. Pero lo que riza el rizo es que, tras las declaraciones que hizo Celdrán, referente a que era un acto de partido, recordó –y lo dijo públicamente- que Roja y él fueron “amigos de toda la vida”. Extraño sentido de la amistad y del agradecimiento hacia quien tanto había hecho por Badajoz.
Cosas como las que anteceden pueden dar la impresión de que el código genético del alcalde de Badajoz puede haber sido alterado por esa “droga” que posiblemente le inculcaron desde pequeñito y que yo denomino como “catolicina”. En cualquier caso, que su Dios le perdone y, de paso, que proteja a todos los habitantes de Badajoz.
¿DONDE ESTÁ MI DIOS?
¿DONDE ESTÁ MI DIOS?
José R. Delfin
¿Que es lo que está pasando para que los representantes de la iglesia Católica actúen como vulgares reventadores de las leyes aprobadas por un gobierno legalmente constituido y que, por cierto, en nada contradice a lo escrito en los llamados Libros Santos? ¿Cual es la razón de que aquellos que dicen ser los representantes de Dios en la Tierra se olviden de lo que está escrito en el libro que, según ellos mismos, está inspirado por Él y que dice en unos de sus versículos: “Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”, para que de forma torticera interfieran en asuntos que nada tiene que ver con lo espiritual, y si con sacar unos beneficios económicos y de poder? Ahora se desgañitan en una supuesta defensa de la vida humana. ¿Pero por qué no gritaban cuando las tropas franquistas asesinaban cruelmente a padres, madres, hijos y nietos, por el simple hecho de no compartir la rebelión contra un gobierno que había sido elegido por el pueblo? ¡Que desverguenza! ¡Qué pandilla de inmorales!
¿Por que el pastoreo de las ovejas de Dios; el procurar constantemente que todas estuvieran unidas y cuidar que ninguna de ellas sufriera el mínimo daño, lo han convertido en proclamas y libelos que fomentan la separación y el odio entre las supuestas ovejas? ¿Será que por ser España un referente para los países de habla hispana se muestran inflexibles ante lo que unos pocos creen que son una desviación de los valores esenciales para la iglesia católica, sin reconocer ante estos países que un sistema de gobierno laico debe estar al margen de cualquier tipo de moral religiosa y así “preparar” a los habitantes de algunos países subdesarrollados? No veo que se parezca en nada la forma de actuar de estos supuestos pastores con lo que según el Evangelio de San Juan 10: 11 dijo Jesús: “Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas” O aquello otro que dice en el mismo capítulo, versículo 16: “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer…”
Muchos españoles habíamos pensado que aquella iglesia partidista y colaboradora de la pasada dictadura –capaz hasta de llevar bajo palio al dictador- había sido fruto de una época. De una etapa en la que la cultura brillaba por su ausencia y que, por tanto, en este tiempo en el que vivimos sería más fácil que cada persona tomara la senda o el camino, espiritual o político, que su criterio o su libertad le inspirara. Pero parece que no es así; que hay quienes no quieren perder la parte de poder, social y económico, del que habían hecho gala en el pasado.
Ante todas estas cosas que están ocurriendo en España y cuyos principales protagonistas son los que asimismo se llaman Ministros de Dios, no hago más que preguntarme que dónde está el Dios en el que yo creía, pues el Dios en el que yo creí en mi niñez es un Dios de paz, de bondad, de alegría, de amor, de justicia, de solidaridad. Un Dios de entendimiento y de esperanza. Pero, por lo que estamos viendo, el Dios del que hablan estos vividores de la fe y de la esperanza es el Dios de los malhechores, de los aprovechados, de “los estrujapueblos”; un Dios insolidario, protector de las injusticias y de los malvados.
Parece mentira que en pleno siglo XXI un país libre pueda estar pagando el salario de los “empleados” de una multinacional que no hacen más que interferir en el libre albeldrío de toda una nación. Ante todo esto, yo me pregunto: ¿No va siendo hora de denunciar el tratado preconstitucional que la derecha franquista suscribió con la patronal vaticana?
José R. Delfin
¿Que es lo que está pasando para que los representantes de la iglesia Católica actúen como vulgares reventadores de las leyes aprobadas por un gobierno legalmente constituido y que, por cierto, en nada contradice a lo escrito en los llamados Libros Santos? ¿Cual es la razón de que aquellos que dicen ser los representantes de Dios en la Tierra se olviden de lo que está escrito en el libro que, según ellos mismos, está inspirado por Él y que dice en unos de sus versículos: “Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”, para que de forma torticera interfieran en asuntos que nada tiene que ver con lo espiritual, y si con sacar unos beneficios económicos y de poder? Ahora se desgañitan en una supuesta defensa de la vida humana. ¿Pero por qué no gritaban cuando las tropas franquistas asesinaban cruelmente a padres, madres, hijos y nietos, por el simple hecho de no compartir la rebelión contra un gobierno que había sido elegido por el pueblo? ¡Que desverguenza! ¡Qué pandilla de inmorales!
¿Por que el pastoreo de las ovejas de Dios; el procurar constantemente que todas estuvieran unidas y cuidar que ninguna de ellas sufriera el mínimo daño, lo han convertido en proclamas y libelos que fomentan la separación y el odio entre las supuestas ovejas? ¿Será que por ser España un referente para los países de habla hispana se muestran inflexibles ante lo que unos pocos creen que son una desviación de los valores esenciales para la iglesia católica, sin reconocer ante estos países que un sistema de gobierno laico debe estar al margen de cualquier tipo de moral religiosa y así “preparar” a los habitantes de algunos países subdesarrollados? No veo que se parezca en nada la forma de actuar de estos supuestos pastores con lo que según el Evangelio de San Juan 10: 11 dijo Jesús: “Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas” O aquello otro que dice en el mismo capítulo, versículo 16: “También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer…”
Muchos españoles habíamos pensado que aquella iglesia partidista y colaboradora de la pasada dictadura –capaz hasta de llevar bajo palio al dictador- había sido fruto de una época. De una etapa en la que la cultura brillaba por su ausencia y que, por tanto, en este tiempo en el que vivimos sería más fácil que cada persona tomara la senda o el camino, espiritual o político, que su criterio o su libertad le inspirara. Pero parece que no es así; que hay quienes no quieren perder la parte de poder, social y económico, del que habían hecho gala en el pasado.
Ante todas estas cosas que están ocurriendo en España y cuyos principales protagonistas son los que asimismo se llaman Ministros de Dios, no hago más que preguntarme que dónde está el Dios en el que yo creía, pues el Dios en el que yo creí en mi niñez es un Dios de paz, de bondad, de alegría, de amor, de justicia, de solidaridad. Un Dios de entendimiento y de esperanza. Pero, por lo que estamos viendo, el Dios del que hablan estos vividores de la fe y de la esperanza es el Dios de los malhechores, de los aprovechados, de “los estrujapueblos”; un Dios insolidario, protector de las injusticias y de los malvados.
Parece mentira que en pleno siglo XXI un país libre pueda estar pagando el salario de los “empleados” de una multinacional que no hacen más que interferir en el libre albeldrío de toda una nación. Ante todo esto, yo me pregunto: ¿No va siendo hora de denunciar el tratado preconstitucional que la derecha franquista suscribió con la patronal vaticana?
EL VATICANO, "EL AMOR A LA VIDA", Y EL ABORTO
EL VATICANO, “EL AMOR A LA VIDA”, Y EL ABORTO
José R. Delfín
Cada día que pasa la humanidad no adormilada por los efectos de “la catolicina” ve con mayor claridad “el gran amor” que hacia el género humano siente esa gran multinacional conocida como El EstadoVaticano, cuyas instalaciones centrales tiene una extensión de 0,439km2, con un número de “habitantes-trabajadores” que se aproximan a los 900, pues llama poderosamente la atención de cualquier observador, que un Estado de esas dimensiones y ese número de habitantes cuente con tres instituciones financieras de gran calado: El Ministerio de Economía, el Patrimonio Apostólico de la Santa Sede, que es el que hace las veces de banco central vaticano, y el Instituto para las Obras de Religión, más conocido por las siglas IOR. Este último es el único que, al contrario de los mencionados con anterioridad, ni siquiera se nombra cuando, cada cierto tiempo, la Santa Sede hace público el estado de sus finanzas.
Según nos dice Paul L. Williams en “Everything You Know Wrong: The Disinformation Guide to Secrets and lies”, y también así lo cuenta Santiago Camacho en su “Biografía no autorizada del Vaticano”, curiosamente, cuando los informes financieros del Vaticano declara déficit, el IOR cuenta con unos activos que se cuantifican en miles de millones de dólares. (Pregunto: ¿Se emplea dicha cantidad, o al menos parte de ella, para salvar la vida de esos aproximados 963 millones de seres humanos que mueren de hambre en el mundo?)
Habida cuenta que la empresa no puede mantenerse de la actividad productiva existente en su propio territorio, ya que en la misma se limita a la venta de recuerdos para los turistas, sellos y libros que adquieren sus admiradores o visitantes curiosos, se las ingeniaron para, tras diversos acuerdos con aquellos países a los que con anterioridad habían logrado “vender” unas “parcelas” de dudosa realidad, sitas en un lugar también dudoso -por lo desconocido- y al cual le pusieron de nombre “La Gloria”, instalaron sus sucursales. En esos acuerdos, al que llaman Concordatos, se recogen la financiación de las instalaciones y el pago de los salarios de todos los que trabajan para ella. Como contrapartida, les ofrecen una liturgia muy vistosa para todos los visitantes de sus locales y, a cambio estos, una vez convencidos de lo bueno que es lo ofertado, -con anterioridad se había intoxicado con todo lo prohibido por una supuesta ley de Dios y cuya pena es, al contrario de esa “gloria”, un “infierno” de eterno martirio- donan dinero en efectivo, joyas, bienes inmuebles o cualquier otra cosa de valor. Todo es bien recibido. Obviamente, esos beneficios pasan a ser propiedad de “la casa central”. (Nunca se verá un negocio que comenzando con una inversión tan pequeña -una mula y un buey- haya generado tan excelentes beneficios.)
“La empresa”, en su casi perfecta trama financiera-empresarial-contable, según Anthony Burguess, extendió su vinculación, entre otras, con las siguientes: Istituto de Crédito Fodiciario (Banco), Assicurazioni Generalli (la compañía de seguros más importante de Italia), la Società Italiana pe le Strade Ferrate Meridionale, el Istituto Romano di Beni Stabilia (una compañía inmobiliaria), la Società Eleptrica ed Electrochimica Della Caffaro (electricidad e industria química), la Società per l’Industria Premolifera (petroquimica), la Siocietà mineraria e Metallurgica di Pertusola (minas), la Società Adriatica di Eleptricità (suministro eléctrico) y Cartiere Burgo (Una importante industria papelera). Es de suponer de tan “benéfica empresa” que los beneficios se dedicarían a salvar vidas humanas.
El mismo autor también afirma en su libro Earthly Powers, Carroll & Graf Publishers, editado en el año 1.994 en la ciudad de Nueva York, que cuando Italia invadió Etiopía (1.935), las empresas financiadas por el Vaticano (Reggiane, Compagnia Nazionale Aeronautica y Breda) se convirtieron en los principales proveedores de armas y municiones del ejército italiano. Tal vez las armas y las municiones eran para salvar vidas humanas.
No utilizar el preservativo en África, ¿no es una forma de atentar contra la vida humana? (Lo mismo es que el Vaticano no tiene ninguna relación comercial con fabricantes de condones). Los profilácticos previenen en un 97% de los casos los contagios de enfermedades que se trasmiten por vía sexual ¿Acaso la Conferencia Episcopal española desconoce estas circunstancias? Lo dudo mucho.
Todo el alboroto que mentada Conferencia Episcopal forma, ¿no será debido a que España ha pasado de ser “la reserva espiritual de Europa al referente de libertades para los países de habla hispana? Posiblemente.
Lo más sospechoso de esta gran algarabía es que siempre se producen la movilizaciones por parte de la Iglesia Católica cuando el gobierno de España es de carácter progresista, pues no debemos recordar que la Ley del Aborto no es nada nuevo.
Pero lo que resulta más irritante es que todos sabemos –católicos, como yo mismo, y feligreses de otras religiones- que la utilización de esta Ley es un derecho, no un deber. Por tanto, abortará quien quiera hacerlo. Nunca es algo que se pueda imponer.
¿Y que dirá la Conferencia Episcopal española sobre lo que sin duda ha sido el fracaso de la estrategia de los lazos en Semana Santa? Pues seguramente que la mayoría de los cofrades no han querido “romper el simbolismo del habito”. Tal vez esto les sirva para que, de una vez, se den cuenta que en la España actual, salvo muy contadas excepciones, en la religión importa más lo folklórico que lo dogmático.
Parafraseando a Santiago Camacho en la introducción a su libro “Biografía no autorizada del Vaticano”, creo que nadie debe sentirse ofendido, y mucho menos atacado en sus creencias, pues el objetivo de este artículo es algo completamente alejado de lo espiritual. Es posible que estas palabras no sirvan para aplacar a los detractores, ya que los fanáticos se sentirán agraviados por lo que tan solo es una exposición de realidades fruto del estudio de parte de la extensa bibliografía que sobre El Vaticano existe. En cualquier caso, yo también les recuerdo lo que San Pablo escribió a los Gálatas (1ª Gálatas 4; 16): “¡Y ahora resulta que por decirles la verdad me he vuelto su enemigo!”
José R. Delfín
Cada día que pasa la humanidad no adormilada por los efectos de “la catolicina” ve con mayor claridad “el gran amor” que hacia el género humano siente esa gran multinacional conocida como El EstadoVaticano, cuyas instalaciones centrales tiene una extensión de 0,439km2, con un número de “habitantes-trabajadores” que se aproximan a los 900, pues llama poderosamente la atención de cualquier observador, que un Estado de esas dimensiones y ese número de habitantes cuente con tres instituciones financieras de gran calado: El Ministerio de Economía, el Patrimonio Apostólico de la Santa Sede, que es el que hace las veces de banco central vaticano, y el Instituto para las Obras de Religión, más conocido por las siglas IOR. Este último es el único que, al contrario de los mencionados con anterioridad, ni siquiera se nombra cuando, cada cierto tiempo, la Santa Sede hace público el estado de sus finanzas.
Según nos dice Paul L. Williams en “Everything You Know Wrong: The Disinformation Guide to Secrets and lies”, y también así lo cuenta Santiago Camacho en su “Biografía no autorizada del Vaticano”, curiosamente, cuando los informes financieros del Vaticano declara déficit, el IOR cuenta con unos activos que se cuantifican en miles de millones de dólares. (Pregunto: ¿Se emplea dicha cantidad, o al menos parte de ella, para salvar la vida de esos aproximados 963 millones de seres humanos que mueren de hambre en el mundo?)
Habida cuenta que la empresa no puede mantenerse de la actividad productiva existente en su propio territorio, ya que en la misma se limita a la venta de recuerdos para los turistas, sellos y libros que adquieren sus admiradores o visitantes curiosos, se las ingeniaron para, tras diversos acuerdos con aquellos países a los que con anterioridad habían logrado “vender” unas “parcelas” de dudosa realidad, sitas en un lugar también dudoso -por lo desconocido- y al cual le pusieron de nombre “La Gloria”, instalaron sus sucursales. En esos acuerdos, al que llaman Concordatos, se recogen la financiación de las instalaciones y el pago de los salarios de todos los que trabajan para ella. Como contrapartida, les ofrecen una liturgia muy vistosa para todos los visitantes de sus locales y, a cambio estos, una vez convencidos de lo bueno que es lo ofertado, -con anterioridad se había intoxicado con todo lo prohibido por una supuesta ley de Dios y cuya pena es, al contrario de esa “gloria”, un “infierno” de eterno martirio- donan dinero en efectivo, joyas, bienes inmuebles o cualquier otra cosa de valor. Todo es bien recibido. Obviamente, esos beneficios pasan a ser propiedad de “la casa central”. (Nunca se verá un negocio que comenzando con una inversión tan pequeña -una mula y un buey- haya generado tan excelentes beneficios.)
“La empresa”, en su casi perfecta trama financiera-empresarial-contable, según Anthony Burguess, extendió su vinculación, entre otras, con las siguientes: Istituto de Crédito Fodiciario (Banco), Assicurazioni Generalli (la compañía de seguros más importante de Italia), la Società Italiana pe le Strade Ferrate Meridionale, el Istituto Romano di Beni Stabilia (una compañía inmobiliaria), la Società Eleptrica ed Electrochimica Della Caffaro (electricidad e industria química), la Società per l’Industria Premolifera (petroquimica), la Siocietà mineraria e Metallurgica di Pertusola (minas), la Società Adriatica di Eleptricità (suministro eléctrico) y Cartiere Burgo (Una importante industria papelera). Es de suponer de tan “benéfica empresa” que los beneficios se dedicarían a salvar vidas humanas.
El mismo autor también afirma en su libro Earthly Powers, Carroll & Graf Publishers, editado en el año 1.994 en la ciudad de Nueva York, que cuando Italia invadió Etiopía (1.935), las empresas financiadas por el Vaticano (Reggiane, Compagnia Nazionale Aeronautica y Breda) se convirtieron en los principales proveedores de armas y municiones del ejército italiano. Tal vez las armas y las municiones eran para salvar vidas humanas.
No utilizar el preservativo en África, ¿no es una forma de atentar contra la vida humana? (Lo mismo es que el Vaticano no tiene ninguna relación comercial con fabricantes de condones). Los profilácticos previenen en un 97% de los casos los contagios de enfermedades que se trasmiten por vía sexual ¿Acaso la Conferencia Episcopal española desconoce estas circunstancias? Lo dudo mucho.
Todo el alboroto que mentada Conferencia Episcopal forma, ¿no será debido a que España ha pasado de ser “la reserva espiritual de Europa al referente de libertades para los países de habla hispana? Posiblemente.
Lo más sospechoso de esta gran algarabía es que siempre se producen la movilizaciones por parte de la Iglesia Católica cuando el gobierno de España es de carácter progresista, pues no debemos recordar que la Ley del Aborto no es nada nuevo.
Pero lo que resulta más irritante es que todos sabemos –católicos, como yo mismo, y feligreses de otras religiones- que la utilización de esta Ley es un derecho, no un deber. Por tanto, abortará quien quiera hacerlo. Nunca es algo que se pueda imponer.
¿Y que dirá la Conferencia Episcopal española sobre lo que sin duda ha sido el fracaso de la estrategia de los lazos en Semana Santa? Pues seguramente que la mayoría de los cofrades no han querido “romper el simbolismo del habito”. Tal vez esto les sirva para que, de una vez, se den cuenta que en la España actual, salvo muy contadas excepciones, en la religión importa más lo folklórico que lo dogmático.
Parafraseando a Santiago Camacho en la introducción a su libro “Biografía no autorizada del Vaticano”, creo que nadie debe sentirse ofendido, y mucho menos atacado en sus creencias, pues el objetivo de este artículo es algo completamente alejado de lo espiritual. Es posible que estas palabras no sirvan para aplacar a los detractores, ya que los fanáticos se sentirán agraviados por lo que tan solo es una exposición de realidades fruto del estudio de parte de la extensa bibliografía que sobre El Vaticano existe. En cualquier caso, yo también les recuerdo lo que San Pablo escribió a los Gálatas (1ª Gálatas 4; 16): “¡Y ahora resulta que por decirles la verdad me he vuelto su enemigo!”
DEL HAMBRE A LA RIQUEZA
EL PERFIL DE UN CARGO PÚBLICO,
(O DEL HAMBRE A LA RIQUEZA)
(O DEL HAMBRE A LA RIQUEZA)
José R. Delfín
Hay veces en las que parece que todas las personas -no importa que tengan o que hayan tenido algo que ver de una forma directa con la política, bien sea en cargo público u orgánico- se empeñan en rizar el rizo. Veamos: Casi de continuo nos hacemos la llamada pregunta del millón: “¿Cuál es el perfil ideal para un cargo público?”, y no nos damos cuenta que con ello estamos mostrando la ignorancia o la ceguera de nuestro “yo”.
Por lo que se está demostrando, cuando tratamos de fijar eso que en psicología se ha dado en llamar “perfil” para elegir a la persona que en teoría nos debe dirigir en nuestra singladura política, nos fijamos en los tres siguientes puntos:
1º.- Que su aspecto físico sea agradable e inspire confianza.
2º.- (Que bien podría ir en el primero de los lugares) La afinidad que tenemos con esa persona. (Eso que en política se suele denominar “la familia”).
3º.- Si las relaciones sociales que tiene están repartidas entre las distintas capas sociales y si tiene un alto número de familiares y amigos (¡Votos!). No nos engañemos, esas son las principales cosas que se miran, al menos en la teoría.
Ahora debemos analizar que es lo que la mayor de las veces se obvia y que deberían tener prioridad:
1º.- La inteligencia, más o menos demostrada, de la persona elegida.
2º.- El nivel cultural de la misma. Pero sin confundir el “nivel cultural” con los conocimientos, pues todos sabemos que, en muchos casos, los títulos no suelen acompañar al saber. (Recordemos aquello de qué “lo que Natura no da, Salamanca no lo presta”).
3º.- Si tiene un talante tranquilo y conciliador o, por el contrario, es una persona resentida socialmente. Cosa que es imprescindible saber para apoyar a alguien en política.
4º.- Si tiene la capacidad analítica suficiente para saber diferenciar lo que de verdad es importante para el bienestar, cultural y económico, para la ciudadanía. Lógicamente dentro de la filosofía del partido que represente.
5º.- Si es capaz de fajarse dialécticamente con sus contrarios político utilizando el verbo con el suficiente conocimiento o, al contrario, más que verbo utiliza una verborrea mitinera y, a veces, aunque sea por el tono empleado, barriobajera.
6º.- Que encaja con naturalidad y hasta con una sonrisa la adversidad política que en cualquier momento se puede presentar. Eso que llamamos “comerse un sapo”.
7º.- Si tiene unos mínimos conocimientos de la ética y, por supuesto, si los utiliza, y
8º.- Que todo lo que obviamos no significa nada pues, tal como está diseñado el organigrama de los partidos político en nuestro país, la mayor de las veces, el candidato o la candidata lo impone quienes “dominan” las agrupaciones locales. Ese es uno de los inconvenientes de un partido democrático. Después ya es cuestión de suerte.
Tal vez esa sea la manera de evitar en lo posible que veamos como hay personas que, tras unos años de estar en política, han pasado del hambre a la riqueza; y en muchos caso, de estar en libertad a ser un o una posible inquilina de cualquier cárcel.
Los ciudadanos no queremos que abunden los sinvergüenzas enmascarados que después son condenados por delincuentes.
Tal vez esto no sea del agrado de algunos, pero estoy seguro de que la mayoría de los lectores lo comparten.
Otra cosa es: ¿Que es lo que se puede hacer para cambiar este sistema de designación?
Considero que esta sí que es la pregunta del millón.
Hay veces en las que parece que todas las personas -no importa que tengan o que hayan tenido algo que ver de una forma directa con la política, bien sea en cargo público u orgánico- se empeñan en rizar el rizo. Veamos: Casi de continuo nos hacemos la llamada pregunta del millón: “¿Cuál es el perfil ideal para un cargo público?”, y no nos damos cuenta que con ello estamos mostrando la ignorancia o la ceguera de nuestro “yo”.
Por lo que se está demostrando, cuando tratamos de fijar eso que en psicología se ha dado en llamar “perfil” para elegir a la persona que en teoría nos debe dirigir en nuestra singladura política, nos fijamos en los tres siguientes puntos:
1º.- Que su aspecto físico sea agradable e inspire confianza.
2º.- (Que bien podría ir en el primero de los lugares) La afinidad que tenemos con esa persona. (Eso que en política se suele denominar “la familia”).
3º.- Si las relaciones sociales que tiene están repartidas entre las distintas capas sociales y si tiene un alto número de familiares y amigos (¡Votos!). No nos engañemos, esas son las principales cosas que se miran, al menos en la teoría.
Ahora debemos analizar que es lo que la mayor de las veces se obvia y que deberían tener prioridad:
1º.- La inteligencia, más o menos demostrada, de la persona elegida.
2º.- El nivel cultural de la misma. Pero sin confundir el “nivel cultural” con los conocimientos, pues todos sabemos que, en muchos casos, los títulos no suelen acompañar al saber. (Recordemos aquello de qué “lo que Natura no da, Salamanca no lo presta”).
3º.- Si tiene un talante tranquilo y conciliador o, por el contrario, es una persona resentida socialmente. Cosa que es imprescindible saber para apoyar a alguien en política.
4º.- Si tiene la capacidad analítica suficiente para saber diferenciar lo que de verdad es importante para el bienestar, cultural y económico, para la ciudadanía. Lógicamente dentro de la filosofía del partido que represente.
5º.- Si es capaz de fajarse dialécticamente con sus contrarios político utilizando el verbo con el suficiente conocimiento o, al contrario, más que verbo utiliza una verborrea mitinera y, a veces, aunque sea por el tono empleado, barriobajera.
6º.- Que encaja con naturalidad y hasta con una sonrisa la adversidad política que en cualquier momento se puede presentar. Eso que llamamos “comerse un sapo”.
7º.- Si tiene unos mínimos conocimientos de la ética y, por supuesto, si los utiliza, y
8º.- Que todo lo que obviamos no significa nada pues, tal como está diseñado el organigrama de los partidos político en nuestro país, la mayor de las veces, el candidato o la candidata lo impone quienes “dominan” las agrupaciones locales. Ese es uno de los inconvenientes de un partido democrático. Después ya es cuestión de suerte.
Tal vez esa sea la manera de evitar en lo posible que veamos como hay personas que, tras unos años de estar en política, han pasado del hambre a la riqueza; y en muchos caso, de estar en libertad a ser un o una posible inquilina de cualquier cárcel.
Los ciudadanos no queremos que abunden los sinvergüenzas enmascarados que después son condenados por delincuentes.
Tal vez esto no sea del agrado de algunos, pero estoy seguro de que la mayoría de los lectores lo comparten.
Otra cosa es: ¿Que es lo que se puede hacer para cambiar este sistema de designación?
Considero que esta sí que es la pregunta del millón.
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